Roma se despide del papa Francisco en un adiós histórico
La ciudad eterna ha vivido este sábado una jornada para la memoria: cientos de miles de personas llenaron la plaza de San Pedro para asistir al funeral del papa Francisco. En un acto que no se veía desde hacía veinte años, fieles llegados de todo el mundo y numerosos mandatarios rindieron homenaje al pontífice argentino en una ceremonia cargada de solemnidad y recogimiento.
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El cardenal Giovanni Battista Re guía la última misa de Francisco
Fue el cardenal Giovanni Battista Re quien ofició el emotivo funeral, recordando en su homilía los doce años de pontificado de Francisco. Con palabras sencillas y emotivas, subrayó el esfuerzo del Papa por construir un mundo más justo, atendiendo siempre a quienes más lo necesitaban y tendiendo la mano a los olvidados de la sociedad.
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Un legado de paz ante líderes de todo el mundo
El funeral sirvió también para subrayar uno de los mensajes más firmes del papa Francisco: su defensa incansable de la paz. El cardenal Re destacó su constante llamamiento al diálogo y a la sensatez, en tiempos en los que los conflictos armados han dejado una huella profunda en varias partes del mundo.
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Un encuentro inesperado entre Trump y Zelenski
La ceremonia dejó estampas para la historia, como la breve reunión entre Donald Trump y Volodimir Zelenski en la basílica de San Pedro. Una escena cargada de simbolismo, en un momento en que los contactos entre Estados Unidos, Ucrania y Rusia parecen más decisivos que nunca para buscar la paz en Europa del Este.
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La cercanía de los reyes de España en la ceremonia
Felipe VI y la reina Letizia estuvieron presentes en primera fila, en representación de España. Durante el rito de la paz, compartieron un apretón de manos con Donald Trump, gesto que fue recogido por las cámaras y simbolizó el clima de respeto y unidad que se vivió durante todo el acto.
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El último recorrido de Francisco por el corazón de Roma
Tras la misa, el cortejo fúnebre recorrió algunas de las calles más emblemáticas de Roma en un papamóvil, permitiendo que los ciudadanos despidieran al pontífice. El trayecto, que bordeó lugares históricos como el Coliseo y los Foros Imperiales, se convirtió en una procesión espontánea de lágrimas, aplausos y rezos.
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La acogida de los más humildes en Santa María la Mayor
Al llegar a la basílica de Santa María la Mayor, el féretro de Francisco fue recibido por inmigrantes y personas en situación de pobreza. Un gesto sencillo pero profundamente simbólico, que cerró con coherencia una vida entregada a quienes muchas veces no tienen voz ni lugar en la sociedad.
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Un entierro sobrio acompañado de tradición
El ataúd, llevado en hombros por los sediarios pontificios, fue introducido en el templo entre cánticos solemnes. Allí, el cardenal arcipreste de la basílica, Rolandas Makrikas, selló el ataúd en un rito cargado de significado, cumpliendo con las tradiciones que acompañan la despedida de un papa.
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Francisco descansa ante su Virgen más querida
Antes de su entierro, el féretro descansó brevemente ante la imagen de la Virgen ‘Salus Populi Romani’, patrona de los romanos, a la que Francisco tuvo siempre gran devoción. La tumba que el propio Papa dejó prevista en vida es sencilla, con su nombre papal y la cruz pectoral como únicos símbolos.
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El Vaticano se prepara para la elección de un nuevo pontífice
Con el entierro concluido, todas las miradas se dirigen ya hacia el próximo cónclave. Aunque aún no hay fecha oficial, la normativa vaticana marca un plazo de veinte días para su celebración, por lo que todo apunta a que en los primeros días de mayo se elegirá al sucesor de Francisco en la Capilla Sixtina.
