
Un arsenal en pie de guerra
El Real Madrid vivió una noche para el olvido en su visita al Emirates Stadium, donde el Arsenal ofreció una exhibición digna de una orquesta afinada. Con una intensidad arrolladora y un dominio implacable, los ingleses lograron un contundente 3-0 que deja a los blancos al borde del abismo en esta edición de la Champions League. Lejos de la mística europea que tantas veces les ha salvado, esta vez fueron zarandeados sin piedad.

Ancelotti, al timón de un barco a la deriva
El equipo dirigido por Carlo Ancelotti no consiguió reaccionar ante la tormenta perfecta que propusieron los londinenses. El técnico italiano intentó mantener el control desde la banda, pero el planteamiento rival les pasó por encima. Declan Rice, con dos goles de bandera, y Merino, con una definición quirúrgica, hundieron la moral de los blancos desde muy temprano.

Un arranque de locura sin freno
Los primeros quince minutos fueron eléctricos, con ambos equipos lanzados al ataque como si se tratara de una final anticipada. Las transiciones eran constantes y el ritmo, frenético. El árbitro, permisivo en las disputas, permitió que el encuentro se desarrollara con una agresividad controlada, lo que aumentó el espectáculo… y también el desgaste.

Ocasiones que se escaparon entre los dedos
Mbappé y Vinícius tuvieron en sus botas la oportunidad de abrir el marcador, pero no lograron concretar. En cambio, el Arsenal supo resistir en momentos críticos gracias a una defensa que se multiplicó. Courtois, por su parte, fue protagonista tanto para bien como para mal, sufriendo con desvíos inoportunos y sacando balones imposibles.

Un penalti que no fue y un respiro fugaz
La revisión de una posible mano de Asensio en el área puso en pausa el partido, pero el colegiado consideró que no había infracción. Ese momento sirvió al Madrid para tomar algo de aire y reorganizarse. No obstante, la tregua fue breve: el Arsenal volvió a apretar el acelerador y forzó al Real Madrid a replegarse sin tregua.

Bellingham intentó encender la chispa
El mediocampista inglés del Madrid intentó tomar la batuta y generó la ocasión más clara del primer tiempo con un pase filtrado brillante a Mbappé, que no supo definir. La desesperación empezaba a notarse en Ancelotti, que veía cómo el tridente ofensivo no encontraba su día mientras los ingleses hacían daño por las bandas sin descanso.

Courtois y el último bastión
Antes del descanso, Courtois se lució con una doble intervención magistral que evitó el primer gol del Arsenal. Fue un acto de supervivencia pura, que mantuvo con vida a los suyos… por unos minutos. Porque lo que llegó después fue una tormenta imparable que ni el belga, por inspirado que estuviera, pudo contener.

Rice desató el vendaval
Tras un arranque más calmado en el segundo tiempo, el Real Madrid volvió a ceder terreno. Una falta de Alaba en la frontal fue el origen del primer gol de Rice, que ejecutó un disparo con rosca impecable. El tanto despertó aún más al Arsenal y dejó a los blancos a merced de los constantes embates del conjunto local.

El segundo de Rice y el mazazo definitivo
El mediocentro inglés no se conformó con un golazo. En otra acción similar, esta vez desde más lejos, repitió la hazaña con un disparo aún más espectacular, directo a la escuadra. El Emirates se vino abajo y el Madrid, ya sin rumbo, apenas podía contener el vendaval. El tercero de Merino fue la puntilla que selló el naufragio. Con Camavinga expulsado y una diferencia de tres goles en contra, al Real Madrid solo le queda apelar a la mística del Santiago Bernabéu. La vuelta promete emociones fuertes, aunque la hazaña parece lejana. Una vez más, Europa exige al conjunto blanco una remontada histórica. Y si algo ha demostrado el pasado, es que nunca conviene dar por muerto al rey.