
Una noche para recordar en el Santiago Bernabéu
La noche en el Santiago Bernabéu fue de esas que se recuerdan durante años. Un Real Madrid desatado, liderado por un Mbappé en estado de gracia, fulminó a un Manchester City que apenas tuvo opción de reaccionar. El equipo de Guardiola llegó con una fe mínima y se marchó con una realidad demoledora.

La previa de Guardiola, un espejismo
Pep Guardiola, con su habitual toque irónico, había hablado de un 1% de posibilidades para la remontada. La estadística, aunque exagerada, terminó siendo real. Desde el primer minuto, el Real Madrid dejó claro que el guion del partido lo escribiría él. Los ingleses, impotentes, se vieron superados por la intensidad de los blancos.

Un inicio demoledor
Carlo Ancelotti lo había avisado: saldrían con todo desde el primer segundo. Y vaya si lo hicieron. Apenas habían pasado cuatro minutos cuando Marco Asensio, desde su propio campo y sin opciones de pase claro, dibujó un envío milimétrico. En la frontal esperaba Mbappé, quien, con la frialdad de los elegidos, picó el balón por encima de Ederson para desatar la locura.

Una pesadilla en forma de lesiones
Como si el golpe del primer gol no fuera suficiente, el Manchester City tuvo que lidiar con una desgracia añadida. John Stones, pieza clave en la defensa inglesa, se lesionó y dejó a su equipo aún más debilitado. La mala fortuna se sumaba a la impotencia de un equipo que no encontraba respuestas.

Un Madrid desatado
El Real Madrid olió la sangre y no dejó escapar la oportunidad. Vinícius campaba a sus anchas, Rodrygo sacaba su magia y Bellingham, Valverde y Mbappé se repartían las ocasiones. Los de Ancelotti jugaron con una intensidad imposible de igualar. El City no solo sufría, sino que se veía desbordado por todas partes.

Mbappé, el artista de la noche
Si había un protagonista claro en esta exhibición, ese fue Kylian Mbappé. Su segundo gol fue de los que se repiten en todas las televisiones: control perfecto, regate sutil ante Gvardiol y definición feroz. El Bernabéu, en pie, le ovacionó como tantas veces soñó antes de llegar al club blanco.

Sentencia al descanso
Para el Manchester City, la noche se convirtió en una pesadilla sin fin. Con el 2-0 en el marcador al descanso, la eliminatoria estaba finiquitada. Solo un milagro podía cambiar el destino, pero lo que llegó fue más castigo. Bellingham vio una tarjeta amarilla que lo dejará fuera de la ida de octavos, pero nada empañaba la exhibición del equipo.

El hat-trick que lo dice todo
Rodrygo avisó dos veces tras la reanudación, pero la gran firma del partido la puso, una vez más, Mbappé. Control en la frontal, bicicleta letal y zurdazo inapelable. Ederson apenas rozó el balón mientras la grada celebraba el primer hat-trick europeo del francés con la camiseta blanca.

Un City irreconocible
El equipo de Guardiola, irreconocible, solo pudo maquillar el resultado en el último minuto con un gol de Nico González en un rechace tras una falta. Sin embargo, la goleada pudo haber sido aún mayor si Vinícius hubiera estado más acertado de cara a puerta. Con el pase a octavos asegurado, el Real Madrid ya mira al futuro. Su siguiente rival saldrá del sorteo del viernes, con dos posibles escenarios: un derbi contra el Atlético de Madrid o un choque contra el Bayer Leverkusen de Xabi Alonso. Pase lo que pase, la Champions ya sabe que el Madrid sigue siendo el Madrid.