La separación profesional entre Juan Carlos Ferrero y Carlos Alcaraz ha sacudido al mundo del tenis. Después de siete años de trabajo conjunto, seis Grand Slams y una relación que parecía indestructible, el entrenador valenciano ha ofrecido sus primeras declaraciones públicas, en las que mezcla pena, serenidad y cierta incomprensión ante el desenlace.
En una entrevista concedida a Marca, Ferrero reconoce que atraviesa un momento emocionalmente complejo: “Ahora mismo estoy dolido”. Aun así, asegura sentir también una “sensación de tranquilidad y de haber hecho los deberes” tras una etapa que considera extraordinaria en lo deportivo y en lo personal.
Desacuerdos contractuales y falta de diálogo
Ferrero ha explicado que la ruptura se produjo por desacuerdos en la renovación del contrato, un proceso que, según él, nunca llegó a resolverse porque no se sentaron a hablarlo: “Había ciertas cosas en las que no estábamos de acuerdo… Puede ser que se hubieran podido salvar si nos hubiéramos sentado a hablar, pero al final no nos hemos sentado y hemos decidido no seguir”.
El exnúmero uno del mundo subraya que no hubo discusiones ni tensiones personales: “No hemos tenido peleas en ningún momento”. De hecho, asegura que la relación con Alcaraz durante el último año fue “espectacular” y que ambos mantenían la intención de continuar juntos hasta que el proceso de renovación se torció.
Señala al entorno del jugador
Aunque Ferrero evita señalar directamente a nadie, sí apunta a que la decisión final no vino del propio Alcaraz: “Desde el entorno de Carlos piensan en lo mejor para él y yo desde el mío en lo mejor para mí”.
En otra entrevista, el entrenador matiza que fue el entorno del murciano quien consideró que lo mejor era separar caminos, lo que apunta indirectamente al padre del tenista, Carlos Alcaraz González. Este, por su parte, respondió con una frase escueta pero significativa: “Cada uno es libre de opinar con lo que sepa”.
Un vínculo que deja huella
Ferrero no oculta que la ruptura le ha afectado emocionalmente: “Tal vez los dos necesitamos un tiempo para asimilar esta ruptura. No es algo tan fácil”. El valenciano recuerda con especial cariño los primeros años junto al murciano, cuando Alcaraz tenía entre 15 y 18 años: “Esa etapa fue muy bonita… Compartimos muchísimos momentos en entrenamientos, torneos y hoteles”.
También destaca que la entrada de Samuel López en el equipo técnico había aportado “aire fresco” y ayudado a evitar el desgaste natural de una relación tan intensa.
No cierra la puerta a un futuro reencuentro
Pese a la tristeza, Ferrero deja abierta la posibilidad de volver a trabajar con Alcaraz en algún momento: “No cierro la puerta para volver a trabajar con él en el futuro”. Además, reafirma su convicción de que el murciano tiene potencial para convertirse en “el mejor tenista de la historia”.
Un final inesperado para una de las alianzas más exitosas del tenis español
La ruptura entre Ferrero y Alcaraz pone fin a una de las asociaciones más fructíferas del tenis reciente. Bajo su dirección, el murciano conquistó 24 títulos —incluidos seis Grand Slams— y alcanzó el número uno del mundo. Mientras Alcaraz continúa su pretemporada con Samuel López como entrenador principal, Ferrero afronta un periodo de reflexión tras un desenlace que, según admite, no esperaba.
