La relación entre Raúl González Blanco y el Real Madrid se toma un respiro. Tras seis años al frente del Castilla y una trayectoria legendaria como jugador, el icono merengue ha decidido cerrar su etapa como entrenador del filial. Lo que comenzó como un proyecto de formación y crecimiento ha tocado techo, con un desenlace que se intuía desde hace meses, aunque la oficialidad no llegó hasta este lunes, bien entrada la mañana. El club lo ha comunicado con palabras de respeto y admiración, aunque sin sorpresas.
Raúl asumió las riendas del Castilla en 2019, tras pasar por los equipos Cadete B y Juvenil B, y más tarde proclamarse campeón de la UEFA Youth League con el Juvenil A. En total, ha dirigido 209 encuentros con el filial, dejando un balance más que digno: 82 victorias, 70 empates y 57 derrotas. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos y progresos, la ansiada llamada del primer equipo nunca llegó. En un club donde los banquillos se ocupan en función de exigencias inmediatas, Raúl quedó en una especie de limbo, valorado pero sin el impulso decisivo.

Ser “el 7” de la época dorada, ídolo del Santiago Bernabéu y máximo goleador histórico del club durante años, no ha sido suficiente para abrirle las puertas de la élite como técnico en Valdebebas. Su experiencia en la cantera le ha permitido crecer con paciencia y compromiso, pero también con la constante comparación con figuras como Zinedine Zidane, que sí dio el salto desde el Castilla al primer equipo en 2016.
Raúl deja atrás al club en el que creció y al que regresó para aportar desde los banquillos. Lo hace con discreción, sin reproches públicos, pero sabiendo que su ciclo ha terminado. La promoción fallida en 2023 frente al Eldense fue quizás su oportunidad más cercana de dar un golpe sobre la mesa. Aquel partido, que el Castilla ganaba 0-2, se escapó en la prórroga y simbolizó la delgada línea entre el éxito y el desencanto.
El técnico madrileño no tardará en encontrar destino. Equipos como el Getafe ya han mostrado interés en contar con su liderazgo, mientras que en el extranjero el Schalke 04 —conocido para él— y el Leeds United también aparecen como opciones. Raúl parece decidido a explorar nuevos horizontes, lejos del escudo que ha marcado toda su vida profesional.
Álvaro Arbeloa, otro exjugador del club, se perfila como su relevo. Actualmente al frente del Juvenil A, podría dar continuidad a la línea de entrenadores de la casa. La transición apunta a una nueva etapa con una figura igualmente identificada con los valores del Real Madrid, pero con aires renovados.

El comunicado oficial del club subraya el agradecimiento por los años de trabajo de Raúl en la cantera, destacando su papel como formador y su capacidad para transmitir los valores del madridismo. La institución no cierra puertas: “El Real Madrid será siempre su casa”, concluye el texto.
La figura de Raúl como entrenador ha sido parte de un regreso meditado al club de su vida. Como jugador, disputó 741 partidos y anotó más de 320 goles. Como técnico, ha sido un ejemplo de humildad y constancia, sin los focos del estrellato, pero con la misma pasión.
Raúl González no necesita presentación. Fue capitán, goleador, símbolo y ahora también mentor. Su marcha deja una sensación de nostalgia, pero también la certeza de que su leyenda está lejos de apagarse.
Este adiós al Castilla no parece definitivo, sino parte de un viaje más amplio. Raúl busca crecer como entrenador, quizá para volver algún día al Real Madrid en otras condiciones. Mientras tanto, deja una huella silenciosa pero profunda en la cantera.