El municipio gallego de Sanxenxo volvió este viernes a convertirse en el escenario habitual de las escapadas del rey emérito Juan Carlos I. En esta ocasión, el motivo de su visita coincidió con la celebración de una nueva jornada de regatas, pero también con la cita judicial en la que debía comparecer por el acto de conciliación solicitado por el expresidente cántabro Miguel Ángel Revilla. Finalmente, el monarca optó por no asistir a la vista y dedicar el día al mar.
Pasadas las dos y media de la tarde, el emérito abandonó la residencia de su amigo Pedro Campos, presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo, sin ofrecer declaraciones a los medios de comunicación que aguardaban en la puerta. Su destino era el puerto deportivo, donde le esperaba la lancha semirrígida ‘Cristina’. A bordo de esta embarcación, siguió de cerca las maniobras del ‘Bribón’, el barco con el que compite habitualmente en las regatas de la clase 6 Metros.
Durante su anterior aparición pública, y ante la pregunta de si acudiría a la cita judicial con Revilla, Juan Carlos respondió en tono distendido que hacía tiempo que no pasaba por Cantabria, restando importancia al asunto. Según explicó entonces, tenía previsto quedarse en Sanxenxo hasta el domingo, centrado en las actividades náuticas del fin de semana.
Mientras tanto, en el complejo judicial de Las Salesas, en Santander, se celebraba a las 10:00 de la mañana el acto de conciliación entre ambas partes. La sesión terminó sin acuerdo, como había anticipado Revilla, quien reiteró su decisión de no retractarse de las declaraciones que ha hecho en los últimos años sobre el rey emérito en diversos medios de comunicación.
Aunque la ausencia del monarca en este tipo de actos está contemplada legalmente —pudiendo delegar en su representación letrada—, su decisión de navegar ese mismo día ha generado distintas reacciones en la esfera pública y mediática. Para algunos, su presencia en Sanxenxo representa una forma de normalizar su vida privada, mientras que otros critican el contraste con el proceso judicial en curso.
Sanxenxo, enclave habitual en la agenda personal de Juan Carlos I desde su retirada de la vida pública, sigue siendo un lugar clave para sus breves estancias en España. El ambiente distendido del club náutico y su pasión por la vela convierten estas visitas en una constante, especialmente durante las competiciones.
La demanda que enfrenta el rey emérito, presentada por Miguel Ángel Revilla, gira en torno a la defensa del honor del monarca tras unas declaraciones del expresidente cántabro. Ahora, con el acto de conciliación concluido sin avenencia, será la justicia quien determine si se celebra o no un juicio.
