La llegada de Luka Doncic a los Lakers había levantado una ola de entusiasmo en Los Ángeles. En su primer encuentro de playoffs con la camiseta púrpura y dorada, el esloveno firmó una brillante actuación individual con 37 puntos y 8 rebotes, pero ni su talento fue suficiente ante unos Timberwolves que dominaron el encuentro desde el segundo cuarto. El marcador final, 95-117, dejó clara la diferencia de ritmo y acierto entre ambos equipos.
El primer cuarto fue prácticamente un monólogo del dorsal 77. Doncic anotó 16 puntos en esos primeros doce minutos, liderando un arranque ilusionante en el Crypto.com Arena. Sin embargo, pronto se vio que el apoyo colectivo brillaba por su ausencia. Mientras el esloveno se echaba el equipo a la espalda, LeBron James no anotó hasta bien entrado el segundo cuarto, y el banquillo angelino apenas aportaba puntos.
El segundo cuarto cambió por completo la dinámica del partido. Los Timberwolves, con Naz Reid desatado desde la línea de tres, firmaron un parcial de 20-38 que silenció al pabellón angelino. Reid, con 23 puntos y un 6 de 9 en triples, fue uno de los nombres propios de la noche, bien secundado por McDaniels (25 puntos, 9 rebotes) y Anthony Edwards (22 puntos, 8 rebotes, 9 asistencias).
El paso por vestuarios no sirvió para cambiar el rumbo del choque. Minnesota amplió su ventaja hasta los 27 puntos, aprovechando errores defensivos de los Lakers y una evidente falta de ideas en ataque. Aunque Doncic cerró el tercer periodo con un triple imposible sobre la bocina, la distancia seguía siendo un muro complicado de escalar.
Con 19 puntos y 5 rebotes, LeBron James tuvo una noche discreta. A sus 40 años, el veterano alero intentó mantener a su equipo en la pelea, pero no encontró el ritmo ni la chispa habitual. Su conexión con Doncic aún parece en fase de rodaje, algo que será clave para el devenir de la serie.
Una de las claves del partido estuvo en los suplentes. Mientras los secundarios de los Lakers solo sumaron 13 puntos, los Wolves aportaron 43 desde el banquillo, demostrando la profundidad de su plantilla. Esta diferencia fue determinante para mantener el ritmo alto durante los 48 minutos.
Anthony Edwards tuvo que retirarse unos minutos por molestias en el gemelo izquierdo, pero regresó para rematar el partido con su habitual intensidad. El joven líder de Minnesota no solo anotó, sino que asistió y defendió a un nivel altísimo, confirmando su madurez competitiva.
En los últimos minutos, ya con el duelo decidido, JJ Redick decidió dar entrada a Bronny James. El joven jugador tuvo sus primeros minutos en un partido de playoffs, aunque no logró anotar en sus dos intentos. Fue un guiño al futuro en medio de una noche difícil para los Lakers.
Pese a su exhibición anotadora, Doncic apenas repartió una asistencia en todo el encuentro, síntoma del aislamiento ofensivo que vivió. El esloveno necesita más socios en la pista si los Lakers quieren tener opciones reales en esta serie.
El próximo martes se disputará el segundo partido de la serie en el mismo escenario. Será una nueva oportunidad para que Lakers y Doncic reconduzcan la situación. La reacción no puede esperar: caer 0-2 en casa sería un golpe demasiado duro.
