La reciente decisión de la UEFA de apartar al árbitro polaco Tomasz Kwiatkowski de sus funciones en el VAR para el próximo partido de la Europa League entre el Eintracht Frankfurt y el Tottenham Hotspur ha generado una ola de especulaciones en el ámbito futbolístico. Esta medida se produce tras la polémica suscitada en el encuentro de octavos de final de la Champions League entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid, donde Kwiatkowski, como responsable del VAR, anuló un penalti ejecutado por Julián Álvarez debido a un supuesto doble toque.
Durante la tanda de penaltis de aquel enfrentamiento, Álvarez resbaló al ejecutar su disparo, lo que, según el VAR, resultó en un contacto doble con el balón, llevando a la invalidación del gol. Esta decisión fue respaldada posteriormente por la UEFA, que en un comunicado afirmó: «Aunque fue mínimo, el jugador hizo contacto con el balón con el pie de apoyo antes de patearlo». Además, el organismo señaló su intención de revisar la normativa vigente en colaboración con la FIFA y la IFAB para casos donde el doble toque sea claramente involuntario.

El árbitro principal de aquel partido, Szymon Marciniak, también se pronunció sobre el incidente, aclarando que fue él quien alertó al VAR sobre la alta probabilidad de un doble toque por parte de Álvarez, desmintiendo así rumores que atribuían la observación a jugadores en el campo.
La separación de la dupla arbitral Marciniak-Kwiatkowski, habitual desde 2022, ha sorprendido a muchos, especialmente considerando que no se ha reportado ninguna lesión o impedimento físico por parte de Kwiatkowski. El analista arbitral Pável Fernández comentó al respecto: «Esta designación suena raro, huele raro».
En lugar de Kwiatkowski, el español Alejandro Hernández Hernández ha sido designado para encargarse del VAR en el mencionado encuentro de la Europa League. Esta decisión ha sido interpretada por algunos sectores como una reprimenda encubierta hacia Kwiatkowski, a pesar de la ausencia de una declaración oficial por parte de la UEFA al respecto.

La polémica se intensificó cuando la Unión Internacional de Peñas del Atlético de Madrid publicó un informe pericial que cuestionaba la autenticidad del video proporcionado por la UEFA sobre el penalti de Álvarez, alegando que había sido editado y presentaba inconsistencias en sus metadatos. Este colectivo exigió explicaciones públicas y la entrega del material original, amenazando con emprender acciones legales si no se atendían sus demandas.
Este episodio ha reavivado el debate sobre la transparencia y la coherencia en las decisiones arbitrales, especialmente en lo que respecta al uso del VAR en competiciones europeas. La comunidad futbolística permanece atenta a las futuras designaciones y posibles cambios en las normativas que rigen este tipo de situaciones.