Tres meses después del fallecimiento de Jocelyn Wildenstein, la famosa ‘Catwoman’ de la alta sociedad neoyorquina, su nombre sigue acaparando titulares. Durante años, la ex socialité aseguró estar arruinada, perseguida por las deudas y sin recursos tras el escandaloso divorcio de su primer marido, el marchante de arte Alec Wildenstein. Sin embargo, su herencia ha dejado a más de uno con la boca abierta.
Lloyd Klein, diseñador de moda y pareja de Jocelyn en sus últimos años, ha revelado que recibió una llamada desde Suiza que cambiaría su vida para siempre. «Me informaron que era el beneficiario de un seguro de vida por más de 100 millones de dólares. No podía creerlo», confesó en una entrevista para ‘The Sun’. Klein, quien hasta ahora llevaba una vida relativamente discreta, afirma que la fortuna heredada ha cambiado su realidad hasta el punto de necesitar guardaespaldas.

A pesar de que Wildenstein aseguraba estar en bancarrota, su capacidad para dejar un seguro de vida de semejante magnitud ha generado preguntas. ¿De dónde provenía realmente ese dinero? Durante años, se supo que la ‘Catwoman’ había dilapidado su fortuna en extravagantes gastos y procedimientos estéticos. Sin embargo, su entorno más cercano sugiere que podría haber contado con inversiones o cuentas ocultas que nunca salieron a la luz.
Lo más sorprendente de la herencia es que sus hijos, Alec Jr. y Diane Wildenstein, han sido completamente excluidos. Con más de cuarenta años, ambos han mantenido una relación distante con su madre desde hace décadas. Ninguno de los dos asistió al funeral y, según fuentes cercanas, no han mostrado interés en el reparto de bienes. La ruptura familiar parece estar ligada al dinero, pues desde 2008 los hijos de Alec Wildenstein dejaron de pagarle la asignación que le correspondía tras el divorcio.
El divorcio de Jocelyn y Alec Wildenstein en 1999 fue uno de los más comentados de la historia de Nueva York. Tras descubrir la infidelidad de su marido en su propia casa, la socialité llevó el caso a los tribunales y obtuvo una compensación de 2.500 millones de dólares, además de un pago anual de 100 millones durante varios años. Sin embargo, uno de los requisitos del acuerdo era que no podía gastar ese dinero en más cirugías estéticas, una cláusula que ignoró por completo.

A pesar del acuerdo multimillonario, los problemas financieros no tardaron en llegar. Inversiones fallidas, gastos desmesurados y una vida de lujo acabaron pasándole factura. En los últimos años, Jocelyn llegó a afirmar que vivía prácticamente sin recursos y que había tenido que declararse en bancarrota. Sin embargo, la reciente revelación del seguro de vida pone en duda la veracidad de esas declaraciones.
La vida de Jocelyn Wildenstein estuvo marcada por el exceso y la controversia. Su obsesión por las cirugías plásticas la convirtió en un icono mediático, mientras que su relación con la familia Wildenstein estuvo plagada de escándalos. Su exmarido falleció en 2008, dejando su imperio artístico a sus hijos y provocando aún más distanciamiento entre ellos y su madre.
Alec Jr., el primogénito del matrimonio, ha tenido sus propios problemas legales. En 2023 fue condenado por evasión de impuestos en Londres, siguiendo los pasos de su tío Guy Wildenstein, quien también enfrentó la justicia por delitos financieros. Diane, por su parte, ha mantenido un perfil más bajo, dedicándose a la cría de caballos lejos de los focos mediáticos.

A pesar de haber heredado una fortuna, Lloyd Klein ha dejado claro que no usará el dinero para saldar las deudas de su difunta pareja. «No tengo intención de pagar a nadie», aseguró en su entrevista. Su prioridad es gestionar la herencia y garantizar su seguridad personal en medio de la atención mediática que ha generado el caso.
La historia de Jocelyn Wildenstein sigue generando incógnitas incluso después de su muerte. ¿Cómo logró mantener un seguro de vida millonario si aseguraba estar en bancarrota? ¿Por qué decidió excluir a sus hijos de la herencia? Lo que está claro es que su legado no solo se limita a su icónica transformación física, sino también a los enigmas financieros que dejó tras de sí.