Estilo institucional
Durante la 45ª edición de los Premios Princesa de Asturias, celebrada en el Teatro Campoamor de Oviedo, los miembros de la Familia Real española ofrecieron una impecable lección de estilo institucional, apostando por una estética sobria, otoñal y perfectamente armonizada. La reina Letizia, la princesa Leonor, la infanta Sofía, el rey Felipe VI y la reina Sofía combinaron tradición, modernidad y coherencia visual en una jornada clave para la proyección pública de la Corona.
Letizia, Leonor y Sofía
La reina Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía ofrecieron una imagen de elegancia coordinada y sobriedad institucional. Letizia apostó por un vestido negro palabra de honor con velo de gasa, reafirmando su estilo refinado y minimalista. Leonor, en tono berenjena y silueta midi, proyectó madurez y serenidad, mientras que Sofía aportó frescura con un diseño burdeos de falda asimétrica y escote cuadrado. Las tres lucieron peinados recogidos y zapatos de tacón bajo, en una puesta en escena que combinó coherencia visual, sofisticación y simbolismo generacional.
La sorpresa de la reina Sofía
La Reina Sofía sorprendió gratamente con un estilismo elegante, sobrio y perfectamente integrado en la estética institucional del evento. Su presencia, que no estaba confirmada en la agenda oficial, fue recibida con afecto por el público y los medios, reforzando su imagen de cercanía y compromiso. La elección cromática y la discreta sofisticación del look proyectaron serenidad y coherencia visual, sumándose con naturalidad al conjunto estilístico de la Familia Real.
Reina Letizia: sofisticación en negro
La reina Letizia volvió a demostrar por qué es considerada una de las figuras más influyentes del estilo institucional europeo. Para la gala en el Teatro Campoamor, apostó por un diseño de Sybilla, un vestido negro palabra de honor en crêpe de seda negro. Un modelo que Letizia ya había llevado en los premios Mariano de Cavia. En esta ocasión le añadió un delicado velo de gasa semitransparente de manga corta, que cubría los hombros y aportaba fluidez al conjunto, también de la marca Sybilla.
Salones de tacón bajo
El diseño, de largo midi y silueta estructurada, equilibraba sobriedad y modernidad, proyectando una imagen de autoridad serena y sofisticación contenida. El vestido fue complementado con zapatos de charol negro de tacón bajo y destalonados, de Magrit, una elección que refuerza su preferencia por la comodidad sin renunciar a la elegancia.
Pendientes de diamantes
Como joyas, Letizia lució unos pendientes de diamantes negros y blancos en forma de lágrima de la firma De Grisogono, que ha llevado en otras ocasiones, consolidando su estilo de joyería discreta pero significativa. Y su habitual anillo de Coreterno.
Clutch en negro
Para complementar el look, la reina Letizia llevó un clutch de piel en negro, también de la marca Sybilla, que reforzaba la línea minimalista del conjunto sin perder funcionalidad.
Coleta con ondas suaves
Su coleta pulida con ondas suaves, peinada hacia atrás con precisión, enmarcaba el rostro y acentuaba los rasgos, mientras que el maquillaje en tonos tierra, con acabado luminoso y los ojos más marcados de lo habitual, mantenía la armonía cromática.
Elegancia institucional
Este estilismo reafirma el gusto de la Reina por las líneas limpias y los tejidos nobles, al tiempo que funciona como declaración visual de su rol institucional: una figura que combina rigor, elegancia y cercanía, capaz de proyectar modernidad sin perder el respeto por el protocolo. En una jornada de alta proyección internacional, Letizia volvió a demostrar que el lenguaje de la moda puede ser también una herramienta diplomática.
<strong>Infanta Sofía: elegancia en burdeos</strong>
la infanta Sofía apostó por un estilismo fresco y contemporáneo que reafirma su evolución personal dentro de la estética institucional. La joven aristócrata apostó por un vestido largo de la firma española Miphai, concretamente el modelo Ámbar en tono burdeos, una de las claves de moda de la temporada.
Abertura lateral
El vestido tenía una falda asimétrica en gasa vaporosa que aportaba movimiento y ligereza al caminar. La abertura lateral, sutil pero efectiva, añadía dinamismo sin perder el tono formal del evento. El diseño incluía un escote cuadrado, tirantes anchos y una solapa decorativa que enmarcaba el busto con discreción, en una propuesta que equilibraba juventud y sofisticación.
Juventud y dinamismo
Los detalles del vestido muestran una silueta que combina elegancia y movimiento: faldón acampanado, textura de gasa translúcida que deja entrever la pierna al caminar, y la capa asimétrica que añade un aire de sofisticación y atrevimiento. El resultado es una pieza que, aún dentro del protocolo real, deja espacio para la experimentación y frescura propias de su edad.
El anillo de su madre
En cuanto a los accesorios, la infanta mantuvo la sobriedad y la coherencia estilística: optó por bailarinas planas destalonadas de color nude, modelo Barbara de Magrit, y complementó con un brazalete dorado y el anillo de Karen Hallam que habitualmente lleva su madre, la reina Letizia. Estas elecciones refuerzan el carácter juvenil y equilibrado del look, sin perder la nota institucional.
Semirecogido bajo
La infanta Sofía llevó un semirecogido bajo con mechones que enmarcaban el rostro y un maquillaje centrado en labios nude-rojizos que combinaban con el vestido. El peinado y la paleta cromática funcionaron como cierre perfecto a una salida muy comentada.
Equilibrio entre protocolo y frescura
La elección cromática, vibrante pero sobria, reforzó la armonía visual del conjunto familiar, mientras que los detalles del vestido —pensados para una silueta juvenil— proyectaban seguridad, naturalidad y una creciente madurez estilística. Sofía continúa consolidando su presencia pública con looks que respetan el protocolo sin renunciar a su identidad, y este diseño en burdeos se convirtió en uno de los más comentados de la jornada por su equilibrio entre elegancia y frescura.
Princesa Leonor: madurez en berenjena
La Princesa Leonor reafirmó su papel como heredera al trono con un estilismo que combinaba discreción, elegancia y madurez institucional, proyectando una imagen serena y perfectamente alineada con el tono solemne de los Premios Princesa de Asturias 2025.
Vestido de HyM
La princesa Leonor pisó la alfombra azul del Teatro Campoamor con un vestido midi de jacquard berenjena firmado por HyM, una elección audaz que mezcla el protocolo real con la accesibilidad de la moda contemporánea. El diseño de tejido estructurado presentaba escote redondo, mangas ligeramente abullonadas, cintura entallada y falda acampanada que le aportaba movimiento al caminar.
Peinado de ondas naturales
Los accesorios seleccionados reforzaron su apuesta por la sobriedad elegante: la princesa acompañó el vestido con salones negros destalonados, pendientes discretos a juego y un peinado de ondas naturales que dejaba su melena suelta como alternativa al habitual recogido. Esta combinación permitió que el protagonismo recayera en la silueta y el color del vestido, que rompía la habitual paleta más neutra vista en cortes anteriores.
Guiño generacional
El look también fue interpretado como un guiño generacional y un símbolo de transición: al elegir una firma accesible como H&M, Leonor demostró que su estilo personal está en consonancia con las nuevas audiencias, sin perder la formalidad que exige su rol. Este gesto, junto con su vestimenta, apuntala su papel como heredera que combina tradición y modernidad.
Su propio lenguaje estético
Con este estilismo, Leonor reafirma que su evolución visual va de la mano de su crecimiento institucional. El vestido berenjena le permitió destacar con personalidad en una gala en la que también actuó como anfitriona, mientras mantiene fidelidad al protocolo real. Más allá del diseño, la princesa consolida un lenguaje estético propio, equilibrado entre la herencia monárquica y la sensibilidad contemporánea.
La reina Sofía: un clásico reinventado
La reina Sofía volvió a consolidar su estilo refinado con un conjunto que combinó sobriedad y luminosidad de forma magistral. Optó por un traje de seda de chaqueta y pantalón en blanco roto, diseñado por Alejandro de Miguel, realzado con bordados dorados que recorrían la chaqueta en cuello, puños y bajo, aportando textura y presencia sin caer en ostentaciones.
Contraste cromático
El tejido tenía una ligera estructura metálica que acentuaba la caída de la prenda y le daba volumen, lo que sumado al contraste cromático –el blanco frente a los looks oscuros de otros miembros de la familia– hizo que la reina emérita destacara con naturalidad.
Clutch en color champán
La reina acompañó el traje con un clutch champán con brillo sutil y zapatos de tacón y punta redondeada en el mismo tono claro del vestido, que armonizaban con los detalles metálicos del traje.
Collar y pendientes de perlas
Doña Sofía lució unos pendientes y collar de perlas de una sola vuelta, un broche institucional en la solapa, una pulsera y un reloj de pulsera metálico, elementos que han acompañado su estilo durante décadas. El cabello, peinado con volumen y ondas suaves, y el maquillaje natural completaban una imagen de sobriedad refinada, en sintonía con el carácter solemne del acto.
Continuidad institucional
La elección del blanco no pasó desapercibida: en contraste con los tonos oscuros y otoñales del resto de la Familia Real, el estilismo de la Reina Sofía aportó un punto de luz y equilibrio visual al conjunto, reforzando su papel como figura de referencia y continuidad dentro de la institución. Su presencia fue recibida con afecto por el público y los medios, que destacaron tanto la elegancia del look como el gesto de acompañar a sus nietas en una jornada de alta proyección pública.
Rey Felipe VI: traje oscuro de corte clásico
El rey Felipe VI se presentó en el escenario del Teatro Campoamor con una elegancia sobria que combinó tradición y estilo contemporáneo. El monarca vistió un traje oscuro de corte clásico impecable: chaqueta entallada y pantalón de líneas rectas perfectamente ajustado. La camisa blanca de algodón egipcio aportaba el contraste limpio y refinado que refuerza su imagen institucional.
Corbata a juego con la princesa Leonor
El toque distintivo del conjunto lo marcaron los accesorios minimalistas y de alta calidad. La corbata a juego con el vestido de Leonor, acentuado por el pequeño alfiler de la Orden del Toisón de Oro, símbolo de su posición como jefe de Estado. El cinturón de piel negra con hebilla plateada y los zapatos oxford negros de cordones completaron un estilismo perfectamente alineado con la formalidad del evento.
Sastrería española
El vestuario de don Felipe se caracteriza por su preferencia por la sastrería española, confeccionada a medida con tejidos de alta calidad y cortes discretos. Aunque la Casa Real no suele revelar las firmas concretas, se sabe que el monarca confía habitualmente en talleres nacionales de larga trayectoria para sus trajes de ceremonia y actos oficiales.
Coherencia y equilibrio
Con este estilismo, Felipe VI mantuvo su coherencia estilística: sobria, impecable y adaptada a las exigencias de su papel como jefe del Estado, sin estridencias ni concesiones a las modas pasajeras. Una vez más, su presencia aportó equilibrio y continuidad a la imagen de la Familia Real durante una de las citas más importantes del calendario institucional español.
La moda, como comunicación institucional
La Familia Real volvió a demostrar que el estilo puede ser una herramienta de comunicación institucional. Con una paleta otoñal, siluetas limpias y guiños personales, cada miembro reafirmó su rol dentro de la Corona, combinando elegancia, sobriedad y coherencia visual en una de las citas más relevantes del calendario oficial.
Estilo institucional
Durante la 45ª edición de los Premios Princesa de Asturias, celebrada en el Teatro Campoamor de Oviedo, los miembros de la Familia Real española ofrecieron una impecable lección de estilo institucional, apostando por una estética sobria, otoñal y perfectamente armonizada. La reina Letizia, la princesa Leonor, la infanta Sofía, el rey Felipe VI y la reina Sofía combinaron tradición, modernidad y coherencia visual en una jornada clave para la proyección pública de la Corona.