
Una boda entre olivos y sonrisas
En pleno corazón de la Sierra Norte de Sevilla, el pueblo de El Real de la Jara fue el escenario elegido para una boda que combinó tradición, espectáculo y emociones sinceras. Patricia Cadaval, hija del humorista César Cadaval, se dio el “sí, quiero” con Pablo Cacace en una ceremonia religiosa celebrada en la iglesia de San Bartolomé. El enclave, discreto pero con gran encanto andaluz, acogió a cientos de invitados que vivieron una jornada llena de momentos memorables.

Una historia que sorprendió a muchos
La pareja llevaba compartiendo vida desde hacía cinco años, pero la noticia de su boda cogió desprevenidos a muchos. No por falta de sintonía, sino porque habían mantenido su relación alejada del foco mediático. Así, cuando se anunció la fecha y el lugar del enlace, la sorpresa fue generalizada. Con serenidad y sin grandes aspavientos, Patricia y Pablo fueron dando forma a un enlace que, sin buscarlo, terminó convirtiéndose en uno de los eventos sociales del mes.

El día comenzó con puntualidad sevillana
El día comenzó con puntualidad sevillana
Todo comenzó el 24 de mayo a las 12:30 en punto. Pablo Cacace llegó acompañado de su madre, Ascensión Vaca, vestida con mantilla y guantes, en una estampa de clasicismo refinado. Poco después hizo su aparición la novia, del brazo de su padre. El humorista, conmovido, lucía una amplia sonrisa que no abandonó en todo el día. La entrada de Patricia, envuelta en una atmósfera de emoción y flashes, marcó el inicio de una jornada que, más allá del protocolo, estuvo cargada de cariño familiar.

Una reunión familiar con sabor artístico
Por supuesto, no faltó Jorge Cadaval, tío de la novia, ni su marido, el actor Ken Appledorn. Tampoco se ausentaron otros miembros del clan Cadaval, como Maite Cadaval, que vestía de verde y no paró de sonreír. La ceremonia, además de emotiva, coincidió con el primer fin de semana de descanso de los Morancos tras meses de actuaciones. Así que la familia supo aprovechar la ocasión para celebrar por partida doble.

Un vestido con ecos medievales
Patricia Cadaval sorprendió con un vestido de aires románticos, en el que destacaban detalles inspirados en la Edad Media. Con corpiño, mangas largas con caída, escote cuadrado y una cola interminable, el diseño parecía sacado de un cuento. El uso de seda natural, tul y flores aportaba textura y movimiento, sin caer en la estridencia. La madre de la novia optó por el rojo, un color valiente y elegante que dio un contrapunto vibrante a la escena.

Una lista de invitados con muchos rostros conocidos
El convite no fue precisamente íntimo: más de 400 personas acudieron al evento. Entre ellas, rostros populares como José Manuel Soto o la chef Pepa Muñoz. También asistieron Alberto Herrera y Blanca Llandres, así como amigos cercanos de la familia como Rocío Laffón. El grupo Siempre Así puso la música, logrando que el ambiente fuera distendido, alegre y marcado por la complicidad.

Banquete en plena naturaleza y destino exótico
El almuerzo se celebró en la finca Navarredonda, propiedad de la familia Cadaval, rodeada de dehesas y naturaleza. Allí, la empresa Alda & Terry sirvió un banquete a la altura del evento. Aunque no hay confirmación oficial, todo apunta a que los recién casados pondrán rumbo a la Polinesia para su luna de miel. Una elección que parece encajar con el espíritu aventurero que comparten.

Un álbum de recuerdos muy personal
Durante las semanas previas, tanto Patricia como Pablo fueron dejando pistas en sus redes sociales sobre su gran día. Publicaron imágenes de la iglesia, un avión y una furgoneta, símbolos de su historia y sus aficiones. Uno de los detalles más entrañables fue la aparición de un burro muy querido por Patricia, que forma parte de su vida cotidiana y que, en cierto modo, también estuvo presente en la celebración.

Una pareja con los pies en la tierra
Patricia, licenciada en Comunicación Audiovisual y Márketing, ha trabajado en medios como Telemadrid y Canal Sur, y actualmente dirige el departamento de marketing de un despacho de abogados. Pablo, formado en finanzas, es CEO de su propia empresa. Ambos han construido sus trayectorias con discreción y esfuerzo, y su boda no ha sido más que el reflejo de esa forma de estar en el mundo: elegante, cálida y con un punto de sorpresa.