El rey Felipe VI dirigió este 24 de diciembre su tradicional mensaje de Nochebuena, un discurso marcado por un tono firme y reflexivo en el que apeló a la convivencia democrática, reivindicó el espíritu de la Transición y advirtió del impacto que los extremismos, el radicalismo y la desinformación pueden tener en la cohesión social del país. El mensaje, de unos nueve minutos, se emitió desde el Salón de Columnas del Palacio Real, donde el monarca habló de pie por primera vez.

Un llamamiento a proteger la convivencia: “Es una construcción frágil”
Felipe VI subrayó que la convivencia democrática “no es un legado imperecedero”, sino una tarea que requiere cuidado constante. Advirtió de que los extremismos y radicalismos, junto con la desinformación, “alteran la convivencia”, y pidió a los ciudadanos reflexionar sobre su papel en la defensa del marco democrático: “Preguntémonos, sin mirar a nadie, qué podemos hacer cada uno de nosotros para fortalecer esa convivencia”.
El monarca insistió en la necesidad de no cruzar líneas rojas, de mantener el respeto en el lenguaje y de practicar la escucha activa, especialmente en un contexto político marcado por la tensión y el desencanto ciudadano.
Europa, la Transición y la Constitución como pilares del mensaje
El discurso estuvo atravesado por referencias históricas: los 40 años del ingreso de España en las Comunidades Europeas y los 50 años del inicio de la Transición. Felipe VI reivindicó ambos hitos como ejemplos de diálogo, coraje colectivo y visión de futuro, recordando que la Constitución de 1978 sigue siendo el “marco lo bastante amplio para que quepamos todos”. También destacó el papel de Europa como motor de modernización, progreso y garantía de libertades democráticas.

Preocupación por los problemas cotidianos: vivienda, coste de la vida y tecnología
El rey dedicó parte de su mensaje a los desafíos que afectan directamente a los ciudadanos: el aumento del coste de la vida, las dificultades de los jóvenes para acceder a una vivienda, la incertidumbre laboral derivada de los avances tecnológicos y el impacto creciente de los fenómenos climáticos. Recordó que estos problemas no se resuelven “ni con retórica ni con voluntarismo”, sino con responsabilidad y visión de país.
“Ejemplaridad” para los poderes públicos
Uno de los pasajes más comentados del discurso fue la apelación a la “especial ejemplaridad” que deben mostrar los poderes públicos. El rey subrayó que la confianza en las instituciones es esencial para la salud democrática y que esta se sostiene sobre el comportamiento responsable de quienes ejercen cargos públicos.
Reacciones políticas: nadie se da por aludido
Las reacciones no tardaron en llegar. Desde el Gobierno, la portavoz Elma Saiz calificó el discurso de “elegante y valiente”, y situó al PP dentro de la advertencia del rey sobre los extremismos, aludiendo a su relación con Vox. El PP, por su parte, celebró que el monarca pusiera el foco en la convivencia y en los problemas reales de los ciudadanos, rechazando que su partido se viera reflejado en las críticas a los extremismos.
Un discurso que recupera audiencia
El mensaje de este año logró frenar la pérdida de audiencia de ediciones anteriores y alcanzó su mejor cuota desde 2020, con 5.921.000 espectadores y un 65,7% de share, pese a emitirse en menos canales que en 2024.
Un mensaje breve, solemne y con nuevas formas
Además de la intervención de pie, el discurso incorporó una puesta en escena más dinámica, con nuevos planos y una realización más moderna, siguiendo la línea de renovación comunicativa que la Casa Real ha impulsado en los últimos años.