La reina Letizia volvió a demostrar por qué su estilo se ha convertido en una referencia dentro y fuera de España. En su reunión con el Patronato de la Fundación FAD Juventud, celebrada en la sede de Meta España en Madrid, la Reina apostó por un look que combina funcionalidad institucional, poder visual y un gesto de sostenibilidad al recuperar una prenda histórica de su armario. Bajo la lluvia persistente que marcó la jornada, Letizia inauguró su agenda semanal con un estilismo que no pasó desapercibido.

Un traje de chaqueta impecable: su “uniforme de trabajo”
Para este acto estrictamente laboral, Letizia volvió a confiar en una de sus fórmulas más reconocibles: el traje de chaqueta, un conjunto que se ha convertido en su seña de identidad en reuniones, patronatos y encuentros profesionales. En esta ocasión, optó por un traje firmado por Hugo Boss, de corte clásico, chaqueta cruzada y silueta ajustada, acompañado de un pantalón de caída impecable que reforzaba la estética ejecutiva del conjunto.
El traje, en tono gris oscuro con raya diplomática, encaja en la tendencia del power dressing que la Reina ha abrazado en los últimos años, una estética que transmite autoridad, sobriedad y profesionalidad. La elección del gris —uno de los colores más asociados a la elegancia institucional— subraya su intención de situar el foco en el contenido del acto sin renunciar a un estilismo cuidado.

La blusa morada con lazada: una pieza icónica que vuelve a escena
El verdadero protagonista del look fue la blusa morada con lazada al cuello, firmada por Felipe Varela, que Letizia estrenó en 2009 cuando aún era princesa de Asturias. La prenda, confeccionada en un tono vibrante y con mangas ajustadas, aportó un toque de color y sofisticación al conjunto, rompiendo la sobriedad del traje y dotándolo de un aire más contemporáneo y femenino.
Esta blusa no es una pieza cualquiera en su vestidor. Además de su debut en 2009, Letizia la lució en 2011 en un posado oficial en el Palacio de la Zarzuela junto a los entonces reyes Juan Carlos I y Sofía, durante la visita del presidente alemán Christian Wulff. Su reaparición más de una década después confirma la tendencia de la Reina a rescatar prendas con historia, alineándose con un enfoque sostenible y consciente de la moda.
El morado, además, es uno de los colores tendencia de la temporada navideña, lo que convierte la elección en un gesto estilístico perfectamente sincronizado con el calendario y con las tendencias actuales.

Calzado y accesorios: discreción y coherencia
Para completar el look, Letizia eligió unos mocasines de la firma española Pons Quintana, un calzado cómodo y elegante que refuerza la estética working del conjunto. La elección de mocasines en lugar de tacones subraya la naturaleza laboral del acto y la apuesta de la Reina por la funcionalidad sin renunciar al estilo.
En cuanto a los accesorios, optó por unos pendientes dorados en forma de gota de la firma PDPAOLA, modelo Sugar, que aportaban un brillo sutil sin competir con la intensidad de la blusa. Un complemento discreto, pero perfectamente integrado en la armonía del conjunto.
Un look que combina mensaje, memoria y modernidad
El estilismo elegido por la Reina para presidir la reunión del Patronato de FAD Juventud no solo responde a criterios estéticos, sino también simbólicos. La recuperación de una prenda de 2009 refuerza su compromiso con la moda sostenible, mientras que el traje de chaqueta y los mocasines consolidan su imagen de liderazgo profesional.

La blusa morada, con su lazada característica, aporta un toque de personalidad y continuidad histórica a un look que, en esencia, representa la evolución de Letizia: una figura pública que combina tradición y modernidad, sobriedad y color, funcionalidad y estilo.
En un acto centrado en la seguridad digital de niños y jóvenes, la Reina apostó por un estilismo que transmite claridad, autoridad y cercanía. Un look que, una vez más, confirma su capacidad para convertir cada aparición en un ejercicio de coherencia estética y mensaje institucional.