La Comunidad de Madrid ha rendido homenaje al cantante Dani Martín después de completar un hito sin precedentes en la música española: diez conciertos consecutivos con todas las entradas vendidas en el Movistar Arena, convirtiéndose así en el primer artista residente de este recinto madrileño.
El reconocimiento tuvo lugar este viernes, cuando la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, entregó al artista un vinilo rojo en forma de disco, decorado con las siete estrellas de la bandera de la Comunidad de Madrid, como símbolo del impacto cultural y social de esta serie de conciertos que ha reunido a 16.000 espectadores en cada actuación.
El homenaje coincide con el cierre de la etapa madrileña de su gira “25 p*t*s años”, iniciada el 14 de noviembre, que ha agotado entradas meses antes de su estreno y que ha convertido al Movistar Arena en uno de los recintos más activos del mundo, con 158 eventos musicales celebrados en 2025 y más de 1,8 millones de asistentes solo en conciertos.
Dani Martín, nacido en Alcobendas y criado en Alalpardo, ha sido una figura clave del pop-rock español desde principios de los 2000, cuando alcanzó la fama como vocalista de El Canto del Loco, una de las bandas más influyentes de su generación. Tras la disolución del grupo, inició una exitosa carrera en solitario con álbumes como Pequeño, Grandes éxitos y pequeños desastres o No, no vuelve, consolidándose como uno de los artistas más queridos del panorama musical español.
El homenaje de la Comunidad de Madrid no sólo reconoce el éxito de esta residencia histórica, sino también la conexión del artista con su público y con la región que lo vio crecer. Con este gesto, el Gobierno autonómico subraya la importancia de la música en directo y celebra el impacto cultural de un artista que ha logrado llenar el recinto madrileño durante cinco semanas consecutivas, actuando cada viernes y sábado sin excepción.
Dani Martín cierra así un capítulo memorable de su carrera, mientras su gira continúa por otras ciudades españolas. Su paso por el Movistar Arena queda ya registrado como un acontecimiento histórico para la música en Madrid y un ejemplo del poder de convocatoria del artista.
