En la alfombra roja de los Premios Forqué 2025, Ana Rujas volvió a demostrar su capacidad para convertir cada aparición en un ejercicio de estilo personal y contemporáneo. La actriz eligió un vestido negro de Pedro del Hierro, con un corpiño de lentejuelas asimétrico que aportaba un aire audaz y rompedor. La pieza jugaba con el contraste entre la sobriedad del negro y el brillo escénico de las lentejuelas, logrando un equilibrio perfecto entre sofisticación y riesgo.

El diseño destacaba por su estructura arquitectónica, que realzaba la silueta con precisión y transmitía fuerza visual. La asimetría del corpiño no solo aportaba dinamismo, sino que también reforzaba la idea de una feminidad moderna, capaz de reinventar el clásico vestido de gala en clave vanguardista. La elección de Pedro del Hierro, además, subrayaba la conexión de la actriz con la moda española y con una firma que sabe reinterpretar la elegancia en clave actual.

Ana completó el look con un beauty depurado, donde el maquillaje equilibrado y el peinado minimalista dejaban todo el protagonismo al vestido. La ausencia de complementos excesivos fue una decisión consciente y acertada: el brillo de las lentejuelas y la potencia del diseño no necesitaban más acompañamiento. Esa contención reforzó la sofisticación del conjunto y permitió que la propuesta se percibiera como un todo coherente y estilísticamente sólido.

En una gala marcada por el predominio del negro y los destellos metálicos, la apuesta de Ana Rujas se convirtió en una de las más comentadas. Su estilismo reafirmó la vigencia de Pedro del Hierro en las grandes citas y consolidó a la actriz como referente de una moda que apuesta por la audacia controlada y la elegancia contemporánea. Con este look, Ana no solo brilló en la alfombra roja, sino que también dejó claro que su estilo es capaz de dialogar con las tendencias sin perder autenticidad.