La presidenta madrileña acompañó al rey Felipe VI con un estilismo sobrio, estructurado y con guiños de carácter en una jornada de alta carga institucional.

La clausura de una jornada académica que acogió el acto conmemorativo por el 50 aniversario de la monarquía parlamentaria y el proceso de democratización española (1975–1982), presidido por el Rey Felipe VI, estuvo marcada por la coincidencia con la publicación de las memorias del Rey Juan Carlos I. La jornada reunió a autoridades de primer nivel en un homenaje a la transición democrática. Entre ellas, destacó la presencia de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, que apostó por un estilismo de líneas clásicas, paleta sobria y un toque estratégico de color, en sintonía con el tono solemne del evento.
La presidenta de la Comunidad de Madrid eligió un traje negro de dos piezas, con blazer cruzada de doble botonadura y pantalón recto, una fórmula que refuerza su perfil político y estilístico. El conjunto proyecta autoridad sin rigidez, y se adapta con naturalidad al contexto solemne del evento. Este tipo de traje, de inspiración diplomática, es habitual en sus apariciones más formales.

El detalle protagonista: los botines de Zara
El gesto más comentado del look fueron los botines negros de tacón alto y punta afilada, un modelo de Zara que Ayuso ha lucido en otras ocasiones y que se ha convertido en uno de sus básicos más atrevidos. El diseño, con caña ajustada y acabado brillante, aporta verticalidad y carácter, rompiendo la sobriedad del traje sin perder coherencia.
Este tipo de calzado, más vinculado al estilo urbano que al protocolo clásico, refuerza la imagen de una líder que no renuncia a su personalidad estética en contextos institucionales.
El toque de color: foulard envolvente
Para suavizar la monocromía del negro, Ayuso incorporó un foulard multicolor de gran tamaño, anudado al cuello con caída envolvente. La prenda, en tonos cálidos y vibrantes, aporta textura y dinamismo al conjunto, además de proteger del frío en una jornada invernal. Este accesorio funciona como elemento de contraste visual y gesto personal, equilibrando la sobriedad del traje con una nota de expresividad.
Maquillaje y cabello: naturalidad estratégica
El maquillaje fue discreto, con piel luminosa, labios en tono neutro y mirada ligeramente marcada, mientras que el cabello se mantuvo suelto, con ondas suaves y raya lateral, aportando frescura y naturalidad.

Un estilismo coherente con el contexto
La elección de Ayuso responde a una lectura precisa del momento: sobriedad cromática, estructura formal y un guiño personal, sin estridencias ni concesiones a la tendencia. El traje negro refuerza el respeto institucional, mientras que el foulard aporta un toque de color que evita la rigidez y proyecta una imagen de liderazgo femenino contemporáneo.
En una jornada marcada por el peso institucional y la presencia del Rey, Isabel Díaz Ayuso apostó por un estilismo estructurado, funcional y con guiños de carácter, que reafirma su perfil político y estético. El traje negro, los botines de Zara y el foulard multicolor construyen una imagen de autoridad contemporánea, perfectamente alineada con el tono del evento y con su papel como anfitriona institucional en la capital.