El photocall reunió a celebridades, influencers y personalidades del mundo de la moda y la televisión en plena milla de oro madrileña.

La Castellana se vistió de gala para la apertura de Nuga Castellana, un nuevo espacio gastronómico y cultural que promete convertirse en punto de encuentro de la vida social madrileña. La inauguración, celebrada con un espectacular photocall, congregó a numerosos rostros conocidos que no quisieron perderse la cita.
Una alfombra roja con sabor mediático
Entre los asistentes destacó la presencia de Carmen Lonama, Melyssa Pinto y la modelo Blanca Romero. El evento también contó con la asistencia de personalidades del mundo de la televisión, la moda y las redes sociales, que aprovecharon la ocasión para mostrar sus estilismos y apoyar la apertura de este nuevo enclave madrileño.

Nuga Castellana: un espacio con vocación de referencia
El nuevo espacio se presenta como un lugar polivalente que combina gastronomía de autor, coctelería y programación cultural. Su ubicación en plena Castellana lo convierte en un enclave privilegiado para quienes buscan experiencias exclusivas en el corazón de Madrid.
Glamour y networking en la capital
La inauguración fue mucho más que un acto social: se convirtió en un escaparate de tendencias y en una oportunidad para el networking entre figuras del entretenimiento y la moda. El photocall, con una cuidada puesta en escena, reforzó la idea de que Nuga Castellana aspira a ser un referente tanto en la vida nocturna como en la agenda cultural de la ciudad. La apertura de Nuga Castellana dejó claro que Madrid sigue siendo epicentro de la vida social y cultural en España. El evento se consolidó como una cita imprescindible en la agenda de la capital, marcando el inicio de un espacio que promete dar mucho que hablar.

Carmen Lomana deslumbra con negro y dorado
Carmen Lomana apostó por un conjunto sobrio y sofisticado que convirtió el photocall en una lección de estilo. La socialité se coronó como una de las invitadas más elegantes de la noche con un conjunto negro adornado con aplicaciones doradas de inspiración vegetal. El diseño, de líneas minimalistas, incorporaba detalles dorados en los puños y el bajo del top, con formas de hojas estilizadas que actuaban como auténtica joyería integrada, elevando el look más allá del clásico total black.
La elección de accesorios fue igualmente precisa: el minibolso Relativity de cuero negro de Marni y zapatos bicolor en dorado y negro de Chanel, que prolongaban visualmente los detalles metálicos del conjunto sin competir con ellos. El resultado fue una propuesta coherente, equilibrada y rotunda, que reafirma el estilo personal de Lomana: discreción con carácter, sofisticación sin excesos.
Una vez más, la socialité demostró que su elegancia no responde a tendencias pasajeras, sino a una mirada experta capaz de transformar piezas sencillas en un conjunto impecable. Por eso, y sin discusión, fue la mejor vestida del photocall madrileño.

Melyssa Pinto, elegancia sensual
Melyssa Pinto apostó por un estilismo elegante y sensual que no pasó desapercibido. La influencer lució un vestido marrón satinado de manga larga, con un diseño ceñido que realzaba su figura y aportaba sofisticación al conjunto. El tejido, con acabado brillante, reflejaba la luz del photocall y añadía un toque glamuroso al look, mientras que el corte cerrado en el escote y las mangas largas equilibraban la silueta con sobriedad.
Combinó el vestido con zapatos de tacón a tono y un bolso de mano marrón con detalles metálicos de Corsica, creando una armonía cromática muy cuidada. El cabello suelto y ligeramente ondulado, junto a un maquillaje natural con énfasis en los ojos, completaban un look que fusionaba minimalismo y presencia escénica, ideal para una noche de estreno en plena Castellana.

Blanca Romero, sobriedad con carácter
La actriz deslumbró con una combinación de texturas que equilibra fuerza y minimalismo. Fiel a su estilo depurado y sin artificios, Blanca Romero eligió un look que destaca precisamente por evitar lo obvio. La actriz lució un jersey de punto blanco roto, de corte limpio y minimalista, que aportaba serenidad y funcionalidad al conjunto. Lo combinó con una falda larga efecto pitón en tono burgundy oscuro, de acabado brillante y textura marcada, que evocaba las pieles exóticas trabajadas en talleres artesanales.
La clave del estilismo reside en el equilibrio: la falda introduce teatralidad y presencia, mientras que el jersey suaviza el conjunto y lo acerca a un registro street-chic muy propio de Blanca. El resultado es un look sofisticado sin excesos, con una lectura contemporánea y urbana.
Completó el conjunto con un peinado natural y maquillaje luminoso, reforzando esa estética de elegancia sin esfuerzo que la caracteriza. Sin estridencias ni artificios, Blanca Romero firmó uno de los estilismos más interesantes y coherentes de la noche.