Eurovisión modifica su sistema de votación para reforzar la neutralidad y evitar polémicas políticas

La UER reduce el poder del televoto, refuerza el papel del jurado y establece controles técnicos para frenar campañas coordinadas. La Unión Europea de Radiodifusión (UER) ha anunciado una serie de cambios significativos en el sistema de votación del Festival de Eurovisión, con el objetivo de garantizar la integridad del certamen y responder a las […]

La UER reduce el poder del televoto, refuerza el papel del jurado y establece controles técnicos para frenar campañas coordinadas.

Melody durante un evento posterior al último Festival de Eurovisión. © GTRES

La Unión Europea de Radiodifusión (UER) ha anunciado una serie de cambios significativos en el sistema de votación del Festival de Eurovisión, con el objetivo de garantizar la integridad del certamen y responder a las críticas surgidas en las últimas ediciones. Las modificaciones buscan frenar las polémicas relacionadas con votaciones masivas y campañas organizadas, especialmente en torno a la participación de Israel, que ha generado tensiones entre varios países miembros.

Menos poder para el público, más peso para el jurado

Uno de los cambios más destacados es la reducción del número de votos que cada espectador puede emitir, que pasa de 20 a 10 por móvil, SMS o vía online. Esta medida pretende limitar la influencia de campañas coordinadas y fomentar un reparto más equitativo de apoyos entre los participantes.

Además, se reinstaura el voto del jurado en las semifinales, con un peso del 50 % en la puntuación total. El jurado pasará de tener cinco a siete miembros por país, y al menos dos de ellos deberán tener entre 18 y 25 años. Todos los integrantes deberán firmar una declaración formal de imparcialidad, y se ampliará la diversidad profesional del grupo, incluyendo críticos musicales, periodistas culturales, coreógrafos y profesionales de las artes escénicas.

Salvaguardas técnicas y revisión independiente

La UER también ha anunciado la implementación de controles técnicos reforzados para detectar y bloquear votaciones fraudulentas o coordinadas, así como una revisión independiente del sistema de votación, en colaboración con directores de cadenas públicas y expertos en eventos internacionales.

El director del festival, Martin Green, ha defendido los cambios como parte de un esfuerzo por preservar la esencia del certamen: “Eurovisión debe seguir siendo una celebración de música y unidad, no un instrumento de intereses externos”, declaró en el comunicado oficial.

El contexto: Israel y la amenaza de boicot

Las modificaciones llegan tras las controversias generadas por el respaldo masivo del público a Israel en las ediciones de 2024 y 2025, en medio de las críticas por su actuación en Gaza. Varios países, entre ellos España, Irlanda y Eslovenia, han expresado su rechazo a la participación israelí y han amenazado con retirarse del certamen de 2026, que se celebrará en Viena.

Aunque la UER ha descartado someter a votación la presencia de Israel por el momento, ha dejado abierta la posibilidad de debatirlo en la asamblea general de diciembre, si las medidas adoptadas no resultan satisfactorias para los países miembros.

Con estos cambios, Eurovisión busca recuperar la confianza de sus miembros, reforzar su carácter neutral y artístico, y evitar que el certamen se convierta en un campo de batalla político. La edición de 2026 será clave para evaluar el impacto de estas medidas y el futuro del festival como espacio de encuentro cultural.