El próximo 5 de diciembre llega a salas españolas La tierra de Amira, el primer largometraje de ficción de Roberto Jiménez, conocido por su trabajo como guionista y productor en series como Atrapada y Caronte. La película, distribuida por Filmax, marca el salto del creador sevillano al cine con una propuesta íntima y social que pone el foco en realidades silenciadas y vínculos inesperados.

Protagonizada por Mina El Hammani (El Príncipe, Raqa) y Manuel Morón (Celda 211, Todo sobre mi madre), la cinta también cuenta con las actuaciones de Pilar Gómez y Jorge de Juan, en un reparto que da cuerpo a una historia de choque cultural, soledad rural y necesidad compartida.
La trama gira en torno a Justino, un hombre viudo que vive aislado en una finca donde cultiva tomates. Una noche, tras bajar al pueblo, atropella accidentalmente a Amira, una joven marroquí que trabaja como temporera sin papeles. Aunque las heridas no son graves, ella pierde su empleo, y Justino —presionado por su hermana— le ofrece quedarse en su casa hasta que se recupere. Lo que sigue es una convivencia marcada por la diferencia: edad, género, religión, idioma y origen se enfrentan en un espacio común que obliga a ambos a redefinir sus límites.
En palabras del director, La tierra de Amira es “una apuesta por el entendimiento y el respeto en tiempos de polarización”. Jiménez plantea el encuentro entre mundos opuestos como una oportunidad para construir desde la diferencia, en un contexto donde la España rural, la migración y la memoria agrícola se entrelazan con las tensiones contemporáneas.
La película es una producción de Dexiderius Producciones, Balance Media, Malas Compañías y La Tierra de Amira AIE, y consolida la evolución de Jiménez como narrador audiovisual. Tras dos décadas en televisión —con créditos en 7 Vidas, Aída, Los simuladores, La familia Mata, BuenAgente y ConVecinos—, el cineasta ha desarrollado una voz propia también en el cortometraje, con títulos como Cinco estrellas, Daño y Frío, reconocidos en festivales nacionales e internacionales.
Con La tierra de Amira, Jiménez se suma a una generación de creadores que exploran el cine como espacio de reflexión social, sin renunciar a la emoción ni al conflicto humano. Un estreno que promete resonar tanto en la crítica como en el público.