En el marco de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, la firma De la Cierva y Nicolás presentó su nueva colección ‘Ímpetu‘, una propuesta que no sólo cerró su trilogía conceptual iniciada con Lachryma y Éter, sino que transformó la pasarela en un escenario de liberación emocional y fuerza telúrica. El desfile, celebrado en el pabellón 14.1 de IFEMA, fue una experiencia sensorial que conjugó moda, movimiento y metáfora.

Desde el primer paso sobre la pasarela, la colección se impuso con siluetas audaces y cortes dramáticos, que evocaban el instante en que la energía contenida se libera. Las modelos avanzaban como si emergieran de una erupción volcánica, envueltas en tejidos que parecían respirar fuego, humo y piedra: plisados definidos, organzas rasgadas, tules rígidos y gasas deshilachadas que capturaban el gesto, la danza y la expansión.
La gama cromática, dominada por rojos volcánicos, negros abisales y reflejos metálicos, reforzó la narrativa de transformación. Cada look era una manifestación del impulso interior, de la rabia que sacude y del deseo que empuja hacia lo nuevo. Las estructuras asimétricas, los volúmenes en movimiento y los giros inesperados en las prendas simbolizaban la ruptura de las barreras internas, el paso del miedo a la acción.
La puesta en escena acompañó la intensidad de la propuesta: una iluminación cenital que acentuaba los contrastes, una banda sonora de pulsos tectónicos y una cadencia coreográfica que convertía el desfile en ritual. “Ímpetu” no se limitó a vestir cuerpos, sino que interpretó estados emocionales, convirtiendo cada diseño en una extensión de la lucha, la pasión y el renacer.
Con esta colección, De la Cierva y Nicolás reafirma su lugar como firma de autor que entiende la moda como lenguaje emocional y artístico. “Ímpetu” no solo cierra un ciclo estético, sino que abre una nueva etapa de valentía creativa, donde el cuerpo y la materia se funden en un gesto de pura transformación.












