Muere el cantautor extremeño Pablo Guerrero a los 78 años

El cantautor y poeta extremeño Pablo Guerrero ha fallecido este martes 30 de septiembre en Madrid a los 78 años, tras una larga batalla contra el cáncer de pulmón. Nacido en Esparragosa de Lares (Badajoz) en 1946, Guerrero fue una figura esencial de la canción de autor en España, especialmente durante la Transición, donde su […]

El cantautor y poeta extremeño Pablo Guerrero ha fallecido este martes 30 de septiembre en Madrid a los 78 años, tras una larga batalla contra el cáncer de pulmón. Nacido en Esparragosa de Lares (Badajoz) en 1946, Guerrero fue una figura esencial de la canción de autor en España, especialmente durante la Transición, donde su tema A cántaros se convirtió en un himno de esperanza y renovación: “Tiene que llover, tiene que llover a cántaros”.

El rey Felipe VI y la reina Letizia, entregan al cantante Pablo Guerrero la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes 2021. © GTRES

Su obra, profundamente lírica y comprometida, abarcó más de cinco décadas, con influencias que iban del folk al jazz, el flamenco, el pop-rock y la electrónica, siempre con una mirada poética y crítica. Además de su carrera musical, desarrolló una sólida trayectoria como escritor y articulista, y fue reconocido con galardones como la Medalla de Extremadura (2000), el Premio a Toda Una Vida (2009) y la Medalla de Oro de Bellas Artes (2021).

La presidenta de Extremadura, María Guardiola, expresó su pesar con un mensaje cargado de simbolismo: “Extremadura es hoy un arpegio de despedida, un acorde que suena huérfano… Estamos hechos de nubes, como cantaba Pablo Guerrero”.

El Ayuntamiento de su localidad natal ha decretado tres días de luto oficial, y ha ofrecido el palacio consistorial para acoger la capilla ardiente. Artistas como Ismael Serrano y Miguel Ángel Gómez Naharro han lamentado su pérdida, destacando su legado como “poeta que canta” y “creador imprescindible”.

Con Pablo Guerrero se despide una voz serena, profunda y rebelde que supo transformar la melancolía en belleza, y la palabra en refugio.