Fernando Tejero carga contra MasterChef Celebrity: «Está todo guionizado, me decían por el pinganillo que atacara a Loles León»

El actor Fernando Tejero ha arremetido con dureza contra el programa MasterChef Celebrity, en el que participó en 2016, asegurando que su experiencia fue manipulada y emocionalmente desgastante. En una entrevista reciente en el pódcast Poco se habla, conducido por Ana Brito y Xuso Jones, Tejero reveló que el talent culinario de TVE está “guionizado” […]

El actor Fernando Tejero ha arremetido con dureza contra el programa MasterChef Celebrity, en el que participó en 2016, asegurando que su experiencia fue manipulada y emocionalmente desgastante. En una entrevista reciente en el pódcast Poco se habla, conducido por Ana Brito y Xuso Jones, Tejero reveló que el talent culinario de TVE está “guionizado” y que a los concursantes se les asignan roles predefinidos para generar tensión y espectáculo.

Fernando Tejero. © GTRES

“Está el guapo, el borde, el simpático… A mí me tocó ser el borde”, explicó el actor, añadiendo que incluso recibía instrucciones por el pinganillo: “Me decían ‘dale caña a Loles’”.

Tejero confesó que solo vio el primer capítulo de su edición, y que la reacción en redes sociales le provocó ansiedad al sentirse malinterpretado: “Yo tengo mi mala leche como cualquiera, pero ahí lo montan. Me dio ansiedad porque era mentira. No lo volví a ver más, como Drácula cuando ve una cruz. Yo decía: ‘Estos me van a hundir la vida’”.

El actor, que quedó en tercera posición en su edición, compartió pantalla con figuras como Loles León, Miguel Ángel Muñoz y Cayetana Guillén Cuervo, y ahora se suma a otras voces críticas como la del chef Karlos Arguiñano, quien también ha cuestionado el formato: “Eso no son programas de cocina, son realities. Se busca la lágrima, el llanto… La cocina es compañerismo”.

Las declaraciones de Tejero han generado una oleada de apoyo en redes, incluyendo mensajes de exconcursantes de otros talents como Maestros de la costura, que confirman dinámicas similares. La polémica reabre el debate sobre los límites de la televisión de entretenimiento y el impacto emocional en sus participantes.