En el marco de su participación en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el rey Felipe VI sostuvo un breve encuentro protocolar con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama Melania Trump, durante una recepción oficial celebrada en el Hotel Lotte New York Palace.

La reunión, que tuvo lugar el pasado martes por la noche, se enmarca dentro de las cortesías diplomáticas que la Casa Blanca ofrece a los jefes de Estado y de Gobierno que asisten al debate general de la ONU. Aunque el encuentro duró apenas cinco minutos, la imagen oficial difundida cuatro días después por la Casa Blanca ha generado gran repercusión mediática. En ella se ve a los tres sonrientes, con Trump levantando el pulgar en señal de aprobación, mientras Melania luce un traje blanco de sastre con solapas satinadas y el monarca español mantiene una pose formal y distendida.
Durante su intervención en la Asamblea, Felipe VI abordó temas de alto impacto internacional, con especial énfasis en la crisis humanitaria en Oriente Próximo. “No podemos guardar silencio ni mirar hacia otro lado ante la devastación, ante tantas muertes entre la población civil, ante la hambruna y el desplazamiento forzoso de cientos de miles de personas”, afirmó el jefe del Estado español, en referencia directa a la situación en Palestina y Gaza.
El monarca también expresó su preocupación por los bombardeos que han alcanzado hospitales, escuelas y lugares de refugio, calificando estos hechos como “actos aberrantes que repugnan a la conciencia humana y avergüenzan al conjunto de la comunidad internacional”. Su postura, alineada con el respeto al derecho internacional, contrasta con la posición del Gobierno estadounidense, que mantiene su respaldo a Israel.
La visita de Felipe VI a Nueva York marca su regreso a la Asamblea General de la ONU después de nueve años de ausencia. En esta ocasión, viajó sin la reina Letizia, quien permaneció en España cumpliendo agenda institucional. Curiosamente, el rey coincidió en la ciudad con su padre, el rey emérito Juan Carlos I, quien participó en el Campeonato Mundial de Vela en la categoría Seis Metros.
La imagen junto a los Trump, aunque protocolaria, se interpreta como un gesto de cordialidad entre ambos países, en un contexto internacional marcado por tensiones geopolíticas y diferencias diplomáticas. La Casa Real española confirmó que la fotografía fue recibida de madrugada y difundida oficialmente el sábado.