El partido entre la Real Sociedad y el Real Madrid no solo dejó un resultado ajustado (1-2), sino también una de las broncas más sonadas de la temporada. El protagonista fue Xabi Alonso, que terminó visiblemente enfadado con el árbitro Jesús Gil Manzano tras la polémica expulsión de Dean Huijsen en el minuto 32.
La jugada que desató el conflicto fue un leve agarrón del central madridista a Oyarzabal, cuando este iniciaba una carrera desde el centro del campo. Gil Manzano interpretó que se trataba de una ocasión manifiesta de gol y mostró la roja directa. Sin embargo, Éder Militao estaba en línea con Huijsen, lo que para Alonso invalida la decisión.
“Jesús, yo no quiero, pero me hacéis pensar mal, tío. ¿No habéis visto que Militao está al lado?”, le recriminó el técnico al colegiado tras el pitido final.
Las cámaras de Movistar+ captaron el momento, que rápidamente se viralizó. En rueda de prensa, Alonso insistió: “Para mí era amarilla. El balón no estaba controlado, Militao estaba cerca y quedaban 40 metros. El árbitro me dio su explicación, pero no me convenció. Lo dejamos ahí”.
El enfado no quedó solo en palabras. Desde el Real Madrid se anunció que se está elaborando un informe arbitral que será remitido al CTA y a la FIFA, como parte de una denuncia formal por lo que consideran un patrón de decisiones perjudiciales. El club también ha compartido estadísticas comparativas con el FC Barcelona, señalando un desequilibrio en expulsiones y sanciones desde 2001.
A pesar de jugar con uno menos durante más de una hora, el Madrid logró imponerse gracias a los goles de Arda Güler y Mbappé, pero el ambiente quedó caldeado. En Valdebebas se habla de “hartazgo institucional” y de la necesidad de que los errores arbitrales tengan consecuencias.
