El circuito profesional de tenis ha sido sacudido por una controversia extradeportiva que involucra a la tenista rusa Anna Kalinskaya y al jugador danés Holger Rune, actual número 11 del ranking ATP. Durante una entrevista en el pódcast First&Red, Kalinskaya reveló que Rune le envió alrededor de diez mensajes privados en redes sociales con la intención de invitarla a salir, calificando su actitud como “desesperada” y asegurando que “se cree demasiado importante”.
La tenista, que anteriormente mantuvo una relación con Jannik Sinner, no se guardó nada y añadió que Rune “le escribe a todo el mundo”, insinuando que su comportamiento no es un caso aislado. “Quizá simplemente esté desesperado, pero no es el único que me ha escrito”, comentó entre risas.
La respuesta de Rune no tardó en llegar. A través de su cuenta en X (antes Twitter), el danés intentó restarle importancia al asunto con un tono irónico: “Ja, ja, ja. Puede que tengamos diferencias culturales que hicieron que Anna interpretara un comentario en una historia como una invitación a una cita. Si quiero invitar a alguien, lo pregunto claramente. Tranquila”.
Este episodio ha generado un intenso debate en redes sociales y medios deportivos, donde se discute el límite entre el coqueteo y la insistencia en un entorno profesional. No es la primera vez que Rune se ve envuelto en una situación similar: en julio, la también tenista rusa Veronika Kudermetova reveló que el danés intentó contactarla por redes sociales, a lo que ella respondió recordándole que estaba casada.
Mientras Rune continúa preparando su temporada de pista cubierta tras caer en la segunda ronda del US Open, la atención mediática parece estar más centrada en sus interacciones personales que en su rendimiento deportivo. Kalinskaya, por su parte, ha abierto una conversación sobre los comportamientos dentro del circuito, dejando claro que no está dispuesta a tolerar actitudes que considera fuera de lugar.
