El rey Felipe VI ha decidido interrumpir sus vacaciones privadas en Grecia para regresar a España y reunirse con la Unidad Militar de Emergencias (UME), en respuesta a la grave situación provocada por los incendios forestales que afectan a varias comunidades autónomas. La visita se produjo en la base aérea de Torrejón de Ardoz el pasado domingo, donde el monarca ha recibido información de primera mano sobre el despliegue de efectivos y medios materiales que trabajan en la extinción de los fuegos.
La decisión del jefe del Estado se ha tomado ante la magnitud de la emergencia, que ya ha arrasado más de 150.000 hectáreas en regiones como Galicia, Castilla y León, Asturias y Extremadura. Felipe VI ha querido mostrar su apoyo directo a los más de 1.400 militares desplegados en el frente de las llamas, así como a los 2.000 efectivos adicionales que colaboran en tareas logísticas y de refuerzo.
Durante su visita, el Rey ha estado acompañado por la ministra de Defensa, Margarita Robles, y ha mantenido conversaciones con el Teniente General Jefe de la UME, Francisco Javier Marcos, además de otros mandos responsables de los batallones desplegados en las zonas más afectadas. El monarca ha expresado su reconocimiento a la labor incansable de los equipos de emergencia y ha reiterado su compromiso institucional en momentos de crisis.
A lo largo de la semana, Felipe VI ha mantenido contacto telefónico con los presidentes autonómicos de las comunidades más golpeadas por los incendios, interesándose por la evolución de los focos activos y la situación de las poblaciones evacuadas. Este gesto ha sido agradecido públicamente por líderes regionales como Alfonso Rueda (Galicia) y Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León), quienes han destacado la cercanía y sensibilidad del monarca ante la tragedia.
La reaparición pública del Rey se produce en un contexto especialmente delicado, no sólo por la emergencia medioambiental, sino también por preocupaciones personales, como el estado de salud de su tía Irene de Grecia y el accidente sufrido por su amigo íntimo, el músico Jaime Anglada.
Con esta actuación, Felipe VI reafirma su papel como garante institucional y representante de la unidad nacional, demostrando que la Corona no se detiene ni siquiera en verano. Su implicación directa en la gestión de esta crisis refuerza la imagen de un monarca comprometido con el bienestar de los ciudadanos y con la labor de quienes trabajan en primera línea para proteger el territorio.
