La Taberna Garibaldi, el conocido bar impulsado por el exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias, ha reabierto sus puertas en el barrio madrileño de Lavapiés, concretamente en el número 23 de la calle Miguel Servet. El local, que combina funciones de bar, espacio cultural y foro político, vuelve con una imagen renovada, más grande, con terraza y —según ha anunciado Iglesias— próximamente con futbolín.
La reapertura ha generado gran expectación. Desde el mediodía del pasado viernes, decenas de personas se congregaron frente al local, que abrió oficialmente a las seis de la tarde. Aunque Iglesias no estuvo presente en el estreno, ha prometido una inauguración “más en condiciones” para septiembre. La nueva taberna fue posible gracias a una campaña de micromecenazgo que recaudó más de 145.000 euros de más de 3.000 donantes.
El ambiente del local mantiene elementos del anterior: decoración con referencias republicanas, música, cañas y tapas, y un aire de activismo político. En palabras del propio Iglesias, la Taberna Garibaldi es “un espacio antifascista en el que puedas tomar una cerveza o lo que te apetezca con tu gente”.
La reapertura no ha estado exenta de polémica, como ya ocurrió con su primera etapa, que terminó con el cierre del local anterior tras poco más de un año de actividad. Esta nueva versión busca consolidarse como un punto de encuentro para la izquierda madrileña, con una estética inspirada en el realismo socialista y guiños a las Brigadas Internacionales.
