El caso de Daniel Sancho, condenado en Tailandia por el asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta, sigue siendo uno de los focos informativos más intensos tanto en España como en el ámbito internacional. En medio de la espera por el resultado del recurso de apelación presentado por su defensa, la familia Sancho ha decidido intervenir públicamente para frenar la difusión de informaciones que consideran falsas y perjudiciales.

El detonante ha sido una serie de publicaciones que atribuían al abogado Marcos García Montes declaraciones sobre un supuesto “trato de favor” a Daniel en prisión, describiendo una vida carcelaria sorprendentemente benévola. Se hablaba de un estado anímico “fantástico”, de una celda individual, libertad para expresarse sin censura y hasta de la escritura de sus memorias. Estas afirmaciones han provocado una reacción inmediata por parte de la familia y del equipo legal.
En un comunicado conjunto, remitido en exclusiva al programa ‘TardeAR’ de Telecinco, Rodolfo Sancho y su abogado han desmentido categóricamente estas informaciones. La frase central del texto, confirmada tras una videoconferencia con Daniel desde la prisión de Surat Thani, es clara: “No son ciertas”. Con estas palabras, la familia busca desmontar el relato que se ha construido en torno a la situación penitenciaria del joven español.
El comunicado aclara dos puntos esenciales
En primer lugar, que Daniel Sancho “no ha mantenido ninguna entrevista con periodista alguno o con otra persona” durante su estancia en prisión, desautorizando cualquier declaración que se le haya atribuido. En segundo lugar, se niega la existencia de “controversias y polémica con su abogado”, acallando los rumores sobre un supuesto enfado con la gestión de su defensa. Según el texto, Daniel mantiene una relación semanal y normalizada con su equipo jurídico, tanto tailandés como español, y ha ratificado expresamente su confianza en ellos.
La familia ha manifestado su “profundo disgusto y pesar por la publicación de noticias que carecen de verosimilitud, que no han sido contrastadas y que no se corresponden con entrevista alguna con Daniel Sancho”. Este tono firme refleja la preocupación por el impacto que este tipo de informaciones puede tener no solo en el proceso judicial, sino también en la salud emocional de los implicados.
La estrategia legal, liderada por Marcos García Montes, se centra ahora en el recurso de apelación que podría modificar el rumbo del caso. En este contexto, controlar la narrativa pública se ha convertido en una prioridad. La defensa considera que la percepción de un trato preferencial podría generar animadversión tanto en la opinión pública como en las autoridades tailandesas, lo que afectaría negativamente a la causa.
Este episodio pone de relieve la presión mediática que rodea a la familia Sancho desde que el nombre de Daniel se convirtió en protagonista de uno de los casos criminales más mediáticos de la última década. La difusión de contenidos no verificados ha obligado a la familia a actuar con contundencia, reafirmando que la única fuente autorizada para hablar sobre la situación de Daniel es su equipo legal.
Mientras Rodolfo Sancho intenta mantener el equilibrio entre su carrera profesional y la gestión de esta crisis familiar, su prioridad sigue siendo apoyar a su hijo y colaborar estrechamente con sus abogados. El comunicado busca limpiar el terreno de especulaciones y centrar todos los esfuerzos en el complejo camino judicial que aún queda por recorrer.
La familia ha pedido a los medios de comunicación responsabilidad y rigor informativo, apelando a la ética periodística para evitar el sensacionalismo. En un caso tan delicado, donde cada detalle puede tener consecuencias legales y personales, la veracidad de la información es más importante que nunca.