El número uno del tenis mundial, Jannik Sinner, ha decidido volver a contar con Umberto Ferrara como su preparador físico, en una medida que ha generado sorpresa y debate dentro del circuito profesional. La decisión llega meses después de que el italiano fuera suspendido por tres meses debido a un doble positivo por clostebol, una sustancia prohibida que apareció en su organismo tras el uso de una pomada aplicada por el fisioterapeuta Giacomo Naldi, también entonces parte de su equipo.
Ferrara, quien había sido apartado junto a Naldi en medio del escándalo, fue señalado como responsable indirecto por haber recomendado el producto tópico que contenía la sustancia. Sin embargo, con el paso del tiempo, el relato se ha matizado: la responsabilidad directa habría recaído en Naldi, quien aplicó la pomada y realizó masajes sin protección.
El equipo de Sinner anunció oficialmente la reincorporación de Ferrara, destacando que “Umberto ha desempeñado un papel importante en el desarrollo de Jannik hasta la fecha, y su regreso refleja un enfoque renovado en la continuidad y el rendimiento al más alto nivel”. La decisión se enmarca en los preparativos para el Masters 1000 de Cincinnati y el US Open, donde Sinner buscará consolidar su liderato y aspirar a su tercer Grand Slam del año.
Durante su tiempo fuera del equipo, Ferrara colaboró brevemente con Matteo Berrettini, aunque la relación profesional no prosperó. Tras los pasos poco convincentes de Marco Panichi y Giovanni Badio como preparadores físicos, el regreso de Ferrara se ha considerado una apuesta por la estabilidad y la confianza.
La Agencia Mundial Antidopaje (WADA) apeló inicialmente la exoneración de Sinner, lo que llevó al jugador a aceptar una sanción reducida. El caso, aunque polémico, fue considerado como una contaminación accidental, y el tenista pudo regresar al circuito justo antes del Abierto de Italia.
Con esta reincorporación, Sinner reafirma su intención de rodearse de personas leales y con profundo conocimiento de su trayectoria. El regreso de Ferrara marca un nuevo capítulo en la carrera del joven campeón, quien recientemente se coronó en Wimbledon y continúa su ascenso meteórico en el tenis mundial.
