El 26 de julio de 2025 se cumplen 100 años del nacimiento de Ana María Matute, una de las figuras más importantes de la literatura española del siglo XX. Nacida en Barcelona en 1925 y fallecida en 2014, la autora dejó un legado literario extraordinario marcado por su capacidad de retratar la infancia, la posguerra y los mundos de fantasía con una sensibilidad única.
Su carrera estuvo llena de reconocimientos. Fue la primera mujer en ganar el Premio Planeta con Pequeño teatro en 1954 y obtuvo el Premio Nadal por Primera memoria en 1959. A lo largo de su vida recibió los máximos galardones de las letras hispánicas, incluido el Premio Cervantes en 2010. En 1996 ingresó en la Real Academia Española, ocupando el sillón “K”, siendo apenas la tercera mujer en conseguirlo.
Matute forjó un estilo literario muy personal, donde la lírica de la infancia, el dolor de la marginación y el refugio de lo fantástico se entrelazan. Obras como Olvidado Rey Gudú, Los hijos muertos, Primera memoria y Los niños tontos han sido aclamadas como referentes indiscutibles de la narrativa contemporánea. Rechazaba la idea de que su obra fuera literatura infantil, e incluso llegó a decir con firmeza: “¡Este no es un libro para niños!” al referirse a Los niños tontos.
El centenario ha dado lugar a numerosos homenajes tanto en España como en el extranjero. El Instituto Cervantes inauguró una exposición titulada Quien no inventa no vive, que incluye manuscritos originales, ilustraciones, objetos personales y textos inéditos. En La Rioja, tierra profundamente ligada a su infancia, se organizan rutas literarias, murales con citas de su obra, seminarios académicos y actividades de lectura colectiva en plazas y escuelas.
Varias editoriales se han sumado a la celebración. Destino, Austral y El Zorro Rojo han lanzado nuevas ediciones conmemorativas de sus obras más emblemáticas, algunas con prólogos escritos por especialistas y diseños especiales. Entre las reediciones destaca una versión ampliada de Los niños tontos, que incluye dos relatos nunca antes publicados por haber sido censurados durante el franquismo.
La obra de Ana María Matute sigue viva en las aulas, en las bibliotecas y en el corazón de quienes encuentran en sus palabras una forma de entender la memoria, la imaginación y la belleza de lo inventado. Este centenario es mucho más que una celebración: es la reafirmación de que su literatura aún tiene mucho que decir.
