La muerte de Michu Rodríguez, expareja de José Fernando Ortega, ha desencadenado una intensa polémica familiar que ha ocupado titulares en los últimos días. En el centro del conflicto se encuentra Gloria Camila, hermana de José Fernando, quien ha salido al paso de las declaraciones de Tamara, hermana de Michu, tras los reproches públicos sobre la implicación de la familia Ortega Cano en la vida de la hija de la fallecida.
Tamara acusó a Gloria Camila de desentenderse de su sobrina, afirmando que no se había ocupado de ella tras el fallecimiento de Michu y que desconocía incluso detalles básicos como el colegio en el que estudia la niña. Además, cuestionó el vínculo entre ambas familias y expresó su intención de asumir la custodia de la menor, en contra del supuesto deseo de Michu, quien habría manifestado que quería que su hija quedara bajo el cuidado de José Ortega Cano.
Ante estas acusaciones, Gloria Camila respondió desde el plató de TardeAR y Fiesta, visiblemente afectada y con tono firme. Negó rotundamente las afirmaciones de Tamara, calificándolas de “mentiras” y asegurando que mantiene contacto diario con su sobrina. También reveló que ha intentado mantener una relación cordial con la familia materna, incluyendo llamadas a Inmaculada, madre de Michu, para interesarse por su estado emocional.
La hija de Rocío Jurado lamentó que Tamara haya optado por hacer públicas sus críticas en medio del duelo, y expresó su deseo de no entrar en una guerra mediática. “A mí lo único que me interesa es el bienestar de una niña pequeña”, declaró, subrayando que la prioridad debe ser proteger a la menor de cualquier conflicto familiar o exposición innecesaria.
Gloria también compartió que su relación con Michu había mejorado en los últimos tiempos, y que incluso se habían visto días antes de su fallecimiento. “Nos decíamos ‘te quiero’, era algo increíble”, recordó con emoción, dejando claro que la pérdida ha sido un golpe duro para toda la familia.
La custodia de la niña, de ocho años, sigue sin resolverse y será determinada por un juez y la Fiscalía de Menores. Mientras tanto, Gloria Camila insiste en que lo esencial es garantizar la estabilidad emocional y el bienestar de la menor, lejos de disputas públicas y enfrentamientos familiares.
