La madrugada del lunes 7 de julio trajo consigo una noticia devastadora para el entorno de la familia Ortega Cano y para quienes seguían de cerca la vida de María Rodríguez Gamaza, conocida públicamente como Michu. La joven, de tan solo 33 años, fue hallada sin vida en su domicilio de Arcos de la Frontera (Cádiz) por su hija Rocío, de 7 años, fruto de su relación con José Fernando Ortega Mohedano, hijo de Rocío Jurado y José Ortega Cano.
Según las primeras informaciones, Michu habría sufrido un fallo cardíaco relacionado con la enfermedad congénita del corazón que padecía desde su nacimiento. A lo largo de su vida, se sometió a múltiples intervenciones quirúrgicas y vivía con un marcapasos. En 2018, fue operada para retrasar la necesidad de un trasplante, y tenía reconocida una discapacidad del 38%.
La noticia ha conmocionado a su entorno más cercano. Su madre, Inmaculada, habló en directo con el programa Y ahora Sonsoles, visiblemente afectada: “Todavía no me lo creo. Estoy como si nada… no me han dejado verla aún”. También se ha pronunciado José Ortega Cano, quien aseguró que tanto él como sus hijos están “muy mal” tras conocer la noticia.
Michu había expresado en vida su mayor temor: que su hija se quedara sola. Según el periodista Kike Calleja, dejó por escrito que, en caso de fallecimiento, deseaba que la tutela de su hija quedara en manos de su abuelo, Ortega Cano. Sin embargo, la situación legal es compleja, ya que José Fernando continúa ingresado en el centro San Juan de Dios bajo régimen de semilibertad desde 2017.
La repentina muerte de Michu deja un profundo vacío en su familia y en quienes la conocieron. Su historia, marcada por la lucha contra una enfermedad crónica y por su papel como madre, ha generado una ola de condolencias en redes sociales y medios de comunicación.
