El pasado 24 de mayo, la infanta Sofía puso fin a una etapa fundamental en su vida académica con la ceremonia de graduación del Bachillerato Internacional en el UWC Atlantic College, en Gales. El evento, más allá de su componente académico, se convirtió en una jornada repleta de emociones, gestos espontáneos y un ambiente familiar que captó la atención de medios nacionales e internacionales.
Lejos del protocolo habitual que suele rodear a la familia real española, don Felipe y doña Letizia se mostraron especialmente cercanos durante toda la ceremonia. Con el teléfono móvil en la mano, el rey no dudó en tomar fotos personales de su hija, capturando momentos que, como cualquier padre orgulloso, querrá guardar para siempre. La reina, por su parte, se mostró visiblemente emocionada y entregada, rompiendo con la sobriedad habitual que exige su posición institucional.
Uno de los medios que más destacó este enfoque fue el alemán Bunte, que en un extenso artículo calificó la actitud de los Reyes como “cercana y entrañable”. La publicación subraya la importancia del día no solo para Sofía, sino también para sus padres, que vivieron la ceremonia desde un plano muy humano. Según Bunte, “la pareja real decidió vivir el evento como cualquier familia, inmortalizando cada abrazo y sonrisa con sus propios móviles, pese a la presencia de fotógrafos profesionales”.
La complicidad madre-hija también se reflejó en sus elecciones de vestuario. Ambas lucieron prendas en tonos rojos, transmitiendo unidad estilística y emocional. Sofía apostó por un mono asimétrico de Mango, juvenil y elegante, mientras que Letizia repitió un traje sastre de Hugo Boss, sobrio y bien adaptado a la ocasión. Este gesto fue interpretado por la prensa como un símbolo de conexión personal más allá del protocolo.
A pesar de no estar físicamente presente, la princesa Leonor también quiso formar parte del día. Desde el buque escuela Juan Sebastián de Elcano, donde prosigue su formación militar, envió un vídeo en el que felicitaba a su hermana vestida con uniforme de guardiamarina. Su mensaje, breve pero emotivo, incluía palabras de orgullo y la promesa de reunirse pronto para celebrar en familia. Según se ha sabido, incluso siguió el acto en directo por internet.
El acto académico, por su parte, estuvo cargado de reconocimientos sinceros hacia Sofía por parte del personal del colegio. Tanto el director, Naheed Bardai, como la presidenta del consejo escolar, Jill Longson, valoraron su evolución personal durante estos dos años. Pero fue su mentor quien ofreció un perfil más íntimo de la joven, describiéndola como empática, solidaria y con una capacidad especial para apoyar a los demás.
El paso de la infanta por el UWC Atlantic College deja así una huella más allá de lo académico. Su compromiso, su calidez y su carácter cercano han sido reconocidos por toda la comunidad escolar. Un cierre de etapa que no solo marca el fin de un ciclo educativo, sino también el inicio de una nueva fase llena de posibilidades.
