Max Verstappen volvió a reinar en un circuito que conoce bien y donde siempre se siente cómodo. Suzuka fue testigo este domingo del primer triunfo del neerlandés en la temporada 2025, en una carrera donde la estrategia, los nervios y la precisión jugaron un papel más importante que la velocidad pura. El piloto de Red Bull, que había logrado la pole en la clasificación del sábado, mantuvo la posición en la salida y resistió con aplomo los intentos de los McLaren por arrebatarle la victoria.
Lando Norris y Oscar Piastri, segundo y tercero respectivamente, le pusieron las cosas difíciles, especialmente durante el tramo central de la carrera, pero no fue suficiente. Verstappen no cometió errores y, una vez más, demostró por qué acumula ya cuatro títulos mundiales y es el gran favorito para sumar un quinto. Aunque este año el campeonato promete emociones hasta el final, con apenas un punto separándole de Norris tras la cita japonesa.

La salida fue más limpia de lo habitual en Suzuka. No hubo incidentes destacables en los primeros compases y las diez primeras posiciones se mantuvieron intactas. Eso permitió que Verstappen impusiera su ritmo desde el inicio, cuidando sus neumáticos y abriendo un pequeño margen sobre los McLaren, que parecían más centrados en vigilarse entre ellos que en lanzar un ataque real al líder de carrera.
El baile estratégico comenzó en torno a la vuelta 16, con Piastri entrando antes que nadie en busca de un undercut que le permitiera acercarse al liderato. Sin embargo, el rendimiento de los neumáticos Pirelli no estuvo a la altura de las expectativas, y la maniobra apenas tuvo impacto real en el desarrollo de la prueba. Verstappen y Norris pararon juntos poco después, y aunque los mecánicos de McLaren realizaron una parada más rápida, el intento de adelantamiento de Norris a la salida del pit lane fue tan audaz como infructuoso: acabó sobre la hierba, sin espacio, y sin consecuencias reglamentarias para su rival.

A partir de ahí, el neerlandés gestionó la ventaja con maestría. Piastri se acercó con DRS, pero no encontró el hueco para superar a su compañero, que a su vez se resignó a ocupar la segunda plaza. Entre ellos, la lucha fue tensa pero limpia, sin órdenes de equipo ni bloqueos, pero también sin capacidad de alcanzar al Red Bull número 1. La cuarta victoria consecutiva de Verstappen en Suzuka fue, esta vez, una mezcla de talento, experiencia y sangre fría.
Por detrás, las cosas no fueron tan alentadoras para los representantes españoles. Fernando Alonso, que salía desde una posición retrasada con su Aston Martin, remontó hasta la undécima plaza, quedándose a un solo paso de los puntos. Pese a la presión final de Yuki Tsunoda, que debutaba como piloto oficial de Red Bull en su país natal, el asturiano aguantó sin ceder terreno, aunque no fue suficiente para entrar en el top 10.

Carlos Sainz vivió una jornada aún más complicada. El piloto madrileño se vio atrapado durante buena parte de la carrera tras Liam Lawson, sin ritmo suficiente para superarlo y sin ayuda estratégica desde boxes. Finalizó 14º, lejos del protagonismo al que aspira en su último año con Ferrari.
Con esta victoria, Verstappen vuelve a meterse de lleno en la pelea por el título, en una temporada que por fin parece plantearle una competencia real. El Mundial queda más abierto que nunca, con McLaren pisando fuerte, Red Bull respondiendo y algunos equipos aún por despegar. La Fórmula 1 cruza ahora el ecuador de su gira asiática con todo por decidir.