Gene Hackman, uno de los actores más versátiles y respetados de Hollywood, ha dejado una huella imborrable en la historia del cine. A lo largo de su extensa carrera, Hackman interpretó una amplia gama de personajes, desde figuras autoritarias hasta individuos vulnerables, demostrando una capacidad inigualable para dar vida a roles complejos y memorables.
En 1992, Hackman interpretó al despiadado sheriff Little Bill Daggett en ‘Sin perdón’, dirigida y protagonizada por Clint Eastwood. Su actuación le valió el Óscar al Mejor Actor de Reparto, consolidando su reputación como un actor capaz de encarnar a villanos con profundidad y matices.
En 1971, Hackman ganó su primer Óscar al Mejor Actor por su papel como el detective Jimmy ‘Popeye’ Doyle en ‘The French Connection’. Su interpretación de un policía obstinado y moralmente ambiguo se convirtió en un referente del género policíaco y demostró su habilidad para liderar una película con intensidad y carisma.
Demostrando su versatilidad, Hackman hizo una aparición memorable en la comedia ‘El jovencito Frankenstein’ (1974) de Mel Brooks. Interpretó a un ciego ermitaño en una escena que parodiaba la clásica historia de Frankenstein, mostrando su talento para la comedia y su disposición para asumir roles inesperados.
Hackman se adentró en el mundo de los superhéroes al interpretar al icónico villano Lex Luthor en ‘Superman’ (1978) y sus secuelas. Su versión del archienemigo de Superman combinaba astucia, humor y una amenaza palpable, convirtiéndose en una de las representaciones más recordadas del personaje.
Bajo la dirección de Francis Ford Coppola, Hackman protagonizó ‘La conversación’ (1974) como Harry Caul, un experto en vigilancia obsesionado con su privacidad. La película exploraba temas de paranoia y ética, y la actuación contenida pero poderosa de Hackman fue ampliamente elogiada.
En ‘Hoosiers’ (1986), Hackman interpretó a Norman Dale, un entrenador de baloncesto con un pasado problemático que busca redimirse llevando a un equipo de instituto a la victoria. La película se ha convertido en un clásico del cine deportivo, y la actuación inspiradora de Hackman es central en su éxito.
En 2001, Hackman asumió el papel de Royal Tenenbaum en la comedia dramática de Wes Anderson. Como el imperfecto pero carismático patriarca de una familia disfuncional, su actuación le valió un Globo de Oro y demostró su capacidad para equilibrar el humor y el drama.
Tras una carrera de más de cuatro décadas y 79 películas, Hackman se retiró de la actuación en 2004 después de ‘Bienvenido a Mooseport’. Desde entonces, se dedicó a la escritura y la pintura, manteniéndose alejado de los reflectores pero dejando un legado cinematográfico que continúa inspirando a actores y cineastas por igual.
