En una transformación sin precedentes, la inauguración de una carretera hacia la región del Everest en Nepal promete cambiar la dinámica de acceso a la montaña más alta del mundo. Hasta ahora, alcanzar esta remota área requería un vuelo desafiante o una caminata de una semana. Sin embargo, desde el pasado 4 de enero, esta nueva vía conecta la región del Everest con Katmandú, ofreciendo una opción más accesible tanto para los locales como para los visitantes.
El tramo de carretera de 64 kilómetros, construido en una de las geografías más complicadas del mundo, une Katmandú con el pueblo de Surkhe, cercano a Lukla, la puerta de entrada al Everest. Según Jagat Prasad Bhusal, jefe administrativo de Khumbu Pasang Lhamu, esta conexión reduce drásticamente el tiempo y esfuerzo necesario para llegar a la región, facilitando la vida de los habitantes locales y de los turistas.

El acceso por carretera promete aliviar la carga económica que soportaban las comunidades locales. Por ejemplo, productos esenciales como las bombonas de gas, que en Katmandú cuestan unos 15 dólares pero se vendían por 75 dólares en la región, ahora tendrán precios más asequibles gracias a la llegada de vehículos de transporte que sustituirán a los animales de carga.
Los empresarios locales ven esta nueva infraestructura como una oportunidad para multiplicar el número de visitantes. Actualmente, la región recibe unos 50,000 turistas anualmente, pero se estima que esta cifra podría aumentar diez veces en los próximos años. Sin embargo, el auge se centrará principalmente en el turismo local, ya que muchos extranjeros podrían preferir seguir utilizando la vía aérea para ahorrar tiempo.
El aeródromo de Lukla, famoso por su ubicación extrema y su pista corta y en pendiente, ha sido el principal punto de acceso al Everest durante décadas. Aunque la carretera reducirá su dependencia, este aeropuerto sigue siendo esencial para quienes buscan llegar rápidamente a la región. Además, su historia, vinculada al escalador Edmund Hillary y el sherpa Tenzing Norgay, añade un atractivo especial.
La apertura de esta carretera ha suscitado preocupaciones entre los ambientalistas. La región del Himalaya, conocida por su frágil ecosistema, podría enfrentar graves riesgos debido al turismo de masas. Según Pasang Sherpa, activista medioambiental, el aumento de visitantes podría dañar irreversiblemente este entorno natural único.

El impacto ambiental del turismo no es un tema nuevo en Nepal. En los últimos años, las operaciones de helicópteros turísticos cerca del Everest han generado debates sobre la sostenibilidad y la preservación del entorno. La nueva carretera, aunque beneficiosa en términos de accesibilidad, reaviva estas discusiones al potencialmente intensificar la presión sobre la región.
Para los locales, la carretera es un cambio positivo que reduce costos y mejora la calidad de vida. Sin embargo, el incremento en el número de turistas podría traer consigo desafíos como la acumulación de desechos, la contaminación y la sobreexplotación de los recursos naturales, lo que pone en riesgo la sostenibilidad del desarrollo.
Mientras algunos celebran la carretera como una victoria para la conectividad y el desarrollo, otros temen que pueda convertir al Everest en un destino saturado y menos especial. El equilibrio entre la accesibilidad y la conservación será crucial para garantizar que esta obra beneficie tanto a las comunidades locales como al medioambiente.