El 23 de julio de 2024 se cumplen 20 años de la muerte de Carmina Ordóñez, una figura icónica en la sociedad española conocida por su belleza, carisma y vida intensa. Carmina, también conocida como “La Divina”, falleció a los 49 años en su domicilio de Madrid, donde fue encontrada sin vida en la bañera.
Carmina Ordóñez nació en una familia de renombre en el mundo taurino, siendo nieta de los matadores Cayetano Ordóñez y Domingo Dominguín, e hija del famoso torero Antonio Ordóñez. Su vida estuvo marcada por sus relaciones con figuras destacadas, incluyendo a los toreros Paquirri y Julián Contreras, y el bailaor Ernesto Neyra.

A lo largo de su vida, Carmina fue una mujer llena de contradicciones. Conservadora y afín al franquismo en su juventud, también rompió tabúes al hablar públicamente sobre la violencia de género que sufrió a manos de su tercer marido, Ernesto Neyra. Esta revelación, hecha en el programa “Crónicas Marcianas” en 2001, fue un momento crucial que expuso las dificultades que enfrentan las víctimas de violencia doméstica en las clases altas.
La muerte de Carmina estuvo rodeada de misterio y especulaciones. Aunque la autopsia oficial determinó que fue un accidente, muchas incógnitas permanecen sin resolver. Sus amigos y familiares han hablado sobre sus problemas de adicción y las dificultades personales que enfrentó en sus últimos años.

A pesar de su trágico final, Carmina Ordóñez dejó un legado significativo. Su valentía al hablar sobre la violencia de género y su vida pública llena de altibajos la convirtieron en una figura emblemática en la cultura española. Hoy, 20 años después de su muerte, su historia sigue siendo recordada y discutida, reflejando tanto su impacto en la sociedad como las complejidades de su vida personal.