De Cayetana Rivera a Helen Svedin… glamour y belleza se citaron en Madrid de la mano de Rabat

La firma de joyería Rabat reunió a una selección de invitadas en su boutique de Madrid para presentar sus colecciones más exclusivas: RABAT Red Carpet, RABAT Diamonds y RABAT Black & White, con piezas únicas trabajadas en oro blanco y diamantes naturales. El evento, bautizado como Rabat Magnificent, se ha consolidado como uno de los encuentros más esperados del calendario social, donde la moda, la belleza y la artesanía se dan cita en un entorno íntimo y sofisticado.

Cayetana Rivera deslumbró en el evento Rabat Magnificent con una elección de joyería que reafirma su vínculo con la elegancia discreta y el lujo atemporal. La joven sevillana lució un conjunto de collar, pulsera y anillo de la colección Rabat Diamonds, trabajados en oro blanco y protagonizados por diamantes naturales de máxima pureza, seleccionados por su brillo excepcional y engastados con precisión artesanal. Las piezas, de diseño limpio y proporciones equilibradas, aportaban luz al rostro y realzaban la silueta sin competir con el estilismo, en una apuesta por la sofisticación clásica que define su estilo personal.

La joven sevillana lució un vestido largo de encaje brocado en azul profundo, con escote off-the-shoulder que dejaba al descubierto los hombros y aportaba un aire romántico. El diseño, de corte ajustado en el torso y abertura lateral en la falda, combinaba textura y movimiento, realzando su silueta con discreción. Completó el look con sandalias negras de tiras finas, recogido bajo con mechones sueltos y un maquillaje natural en tonos rosados.

Helen Svedin apostó por la elegancia contemporánea con un diseño de la colección Otoño-Invierno 2025-2026 de Mans, combinando sastrería minimalista con sofisticación monocromática en el evento Rabat Magnificent celebrado en Madrid. La modelo lució un conjunto de blazer negra con solapas satinadas, llevada sobre los hombros en clave relajada, y un top negro de escote profundo, que aportaba contraste y fluidez al estilismo. La pieza central del look fueron los pantalones blancos de talle alto y corte palazzo, confeccionados en tejido estructurado con caída amplia, que pertenecen a la nueva colección de Mans, firma española reconocida por su reinterpretación de la sastrería clásica con códigos modernos.

Completó el conjunto con clutch negro de líneas limpias, collar de diamantes tipo rivière, anillo solitario y pendientes de botón, todos de la firma Rabat. El maquillaje natural y el peinado suelto con ondas suaves reforzaban la estética depurada del conjunto, en una propuesta que equilibraba fuerza visual y discreción. El resultado fue una imagen de fuerza serena y estilo arquitectónico, en sintonía con la filosofía de Mans y el espíritu del evento, que celebra la belleza, la artesanía y el diseño atemporal.

Macarena García apostó por una estética vanguardista y sensual, con un vestido palabra de honor en dos texturas que combinaba estructura, brillo y sofisticación contemporánea. La actriz lució un diseño en tono marrón chocolate, con cuerpo ajustado de canalé que marcaba la silueta con precisión, y una falda de acabado vinilo con efecto cuero, que aportaba contraste visual y un aire futurista. El corte recto y sin tirantes dejaba los hombros al descubierto, mientras que el largo midi y la caída estructurada de la falda reforzaban el carácter arquitectónico del conjunto.

Completó el look con joyas de Rabat, entre ellas un collar corto de diamantes, anillo solitario y pulsera discreta, que aportaban luz sin competir con el protagonismo del vestido. El peinado recogido con mechones sueltos y el maquillaje en tonos tierra y labios nude cerraban una propuesta de elegancia alternativa, ideal para una noche dedicada a la alta joyería y el diseño. Su estilismo fue uno de los más comentados por su capacidad de fusionar lo clásico con lo experimental, en una lectura personal y sofisticada del dress code del evento.

Sandra Gago apostó por la sofisticación escultural con el vestido Jimmy de Mon and Pau, una pieza de piel que realza la silueta con precisión y carácter, combinada con sandalias de tacón de Saint Laurent en una propuesta de elegancia nocturna y actitud contemporánea. La modelo lució el Jimmy Dress, un diseño asymétrico de un solo hombro confeccionado en piel de cordero elástica, que se ajusta al cuerpo con drapeados sutiles y una línea limpia en el escote, dejando al descubierto clavícula y hombros con equilibrio visual. El corte midi y la cremallera oculta en la espalda aportan estructura sin romper la fluidez del conjunto, mientras que el acabado sin rematar permite una personalización de largo que se adapta al movimiento.

Sandra completó el look con sandalias negras de tiras finas de YSL, que estilizan el pie y aportan altura sin restar protagonismo al vestido. El estilismo se acompañó de joyas discretas de Rabat, entre ellas un collar corto de diamantes y un anillo solitario, que añadían luz sin competir con la fuerza del diseño. El resultado fue una imagen de elegancia segura y minimalismo sofisticado, ideal para una noche dedicada a la alta joyería y el diseño de autor. El vestido, perteneciente a la colección Otoño-Invierno 2025-2026 de Mon and Pau, reafirma el perfil de Sandra como embajadora de la moda contemporánea con sello español.

Ana Cristina Portillo Domecq apostó por la sofisticación cromática con un vestido corto de Roberto Torretta en tono cobre satinado, una elección que combinaba modernidad, estructura y elegancia. El diseño, de corte recto y manga corta, presentaba un escote cerrado y una silueta ligeramente drapeada que aportaba movimiento al tejido sin perder definición. El acabado brillante en tono óxido metalizado realzaba la piel y captaba la luz del entorno, convirtiéndose en uno de los colores protagonistas de la noche. El largo por encima de la rodilla y el ajuste preciso en la cintura ofrecían una lectura contemporánea del vestido de cóctel.

Ana Cristina completó el look con sandalias de tiras finas en tono nude, collar corto de diamantes, pulsera discreta y pendientes pequeños, todos de la firma Rabat, que añadían destellos sin competir con el protagonismo del vestido. El peinado recogido y el maquillaje natural en tonos cálidos reforzaban la estética depurada del conjunto. Su estilismo fue celebrado por su capacidad de fusionar diseño español con alta joyería, en una propuesta que equilibraba fuerza visual y elegancia funcional.

Celine Van Heel apostó por la elegancia cromática con un vestido largo en tono púrpura intenso, de silueta entallada y cuello cerrado, que combinaba sofisticación estructural con un aire moderno y femenino. El diseño, de manga corta y abertura frontal, dejaba ver unas sandalias plateadas de tiras finas, aportando brillo y ligereza al conjunto. Completó el estilismo con joyas doradas delicadas, incluyendo un collar largo, pulsera fina y pendientes discretos, que añadían calidez sin restar protagonismo al vestido. El peinado suelto con ondas suaves y el maquillaje natural en tonos rosados reforzaban la armonía visual de una propuesta sobria, refinada y perfectamente integrada en el entorno de alta joyería del evento Rabat Magnificent.

Alejandra Capetillo apostó por la elegancia relajada con un conjunto de dos piezas en tono marrón chocolate con pinzas verticales, compuesto por un top palabra de honor y pantalones palazzo, en una propuesta que combinaba estructura, feminidad y aire contemporáneo en el evento Rabat Magnificent.

El top sin tirantes, de corte recto y largo hasta la cadera, se ajustaba con precisión al torso y se ceñía en la cintura mediante un cinturón con flor textil al tono, aportando un toque romántico y visualmente distintivo. Los pantalones de pierna ancha, confeccionados en el mismo tejido con rayas diplomáticas, ofrecían movimiento y sofisticación, equilibrando el conjunto con una silueta fluida y vertical.

Completó el look con joyas de Rabat, entre ellas un collar corto de diamantes, anillo solitario y pendientes largos con diamantes, que añadían luz y textura sin romper la armonía cromática. El peinado suelto y liso, junto al maquillaje natural en tonos tierra, reforzaban la estética depurada del conjunto, ideal para una noche dedicada a la alta joyería y el diseño de autor.

Blanca Padilla apostó por una estética vanguardista y monocromática en el evento Rabat Magnificent 2025, con un conjunto de inspiración masculina que fusionaba volumen, transparencia y sofisticación urbana. La modelo lució un blazer negro oversize de hombros marcados, llevado abierto sobre un top transparente que aportaba un toque sensual y contemporáneo. El conjunto se completaba con bermudas negras de corte recto, una elección audaz que rompía con el tradicional vestido de gala y reafirmaba su perfil como referente de moda internacional. Los salones negros de punta fina y las joyas de Rabat, entre ellas un collar corto de diamantes, añadían equilibrio y luz al estilismo.

Luis Zamaloa y Marta Pombo apostaron por una elegancia coordinada y vibrante en el evento Rabat Magnificent 2025, combinando diseño italiano, sastrería clásica y alta joyería en una propuesta que equilibraba sofisticación y personalidad. Marta lució un vestido largo palabra de honor de Missoni, con el icónico estampado zigzag multicolor en tonos metalizados, que aportaba textura, movimiento y brillo a cada paso. El diseño, ajustado en el torso y fluido en la falda, realzaba su silueta con naturalidad. Completó el look con sandalias negras de tacón de Christian Louboutin, un bolso de mano negro de Aquazzura y joyas de Rabat, entre ellas un collar corto de diamantes, pendientes sutiles y un anillo solitario, que añadían luz sin competir con el protagonismo del vestido.

Luis Zamaloa optó por un traje azul marino de corte clásico de Silbon, con camisa blanca sin corbata, proyectando una imagen sobria y contemporánea. Los zapatos negros de piel y un reloj con esfera oscura y correa metálica completaban el conjunto, reforzando el equilibrio entre formalidad y estilo relajado. Juntos, ofrecieron una imagen de pareja elegante y bien compuesta, ideal para una noche dedicada al diseño, la alta joyería y el glamour generacional.

Belén Écija apostó por una estética etérea y sofisticada, con un conjunto de contrastes suaves que combinaba volumen, transparencia y delicadeza floral. La actriz lució un top blanco drapeado de escote asimétrico, con caída fluida sobre el torso y hombros descubiertos, que aportaba movimiento y luminosidad al conjunto. Lo combinó con una falda negra semitransparente de largo midi, decorada con bordados florales en relieve, que añadían textura y romanticismo. Las sandalias negras de tacón fino, junto a las joyas de Rabat —collar dorado delicado y pulsera a juego— completaban el estilismo con discreta elegancia. El peinado suelto con ondas naturales y el maquillaje en tonos tierra reforzaban la armonía visual de una propuesta que equilibraba lo clásico y lo contemporáneo, ideal para una noche dedicada a la alta joyería y el diseño de autor.

Martina Figo Svedin apostó por una estética poderosa y contemporánea, con un conjunto de inspiración sastre que fusionaba códigos masculinos y feminidad estructurada. La joven modelo lució un vestido-blazer negro de doble botonadura, con solapas marcadas y hombros estructurados, que aportaban volumen y carácter al conjunto. El diseño, de largo mini, se combinaba con medias negras transparentes y salones de punta fina de Michael Kors, en una lectura sofisticada y urbana del clásico traje de noche. Completó el look con un clutch negro de perfil metálico de Aquazzura, pendientes largos, pulsera y collar fino, con anillo, todo de Rabat. El peinado suelto y el maquillaje natural reforzaban la estética depurada del conjunto, en una propuesta que equilibraba fuerza visual, elegancia y actitud generacional. Un estilismo que confirma el dominio de Martina en el lenguaje de la moda contemporánea.

Daniela Figo Svedin apostó por una elegancia sobria y estructurada, con un vestido negro de escote palabra de honor y silueta globo, que combinaba volumen controlado y sofisticación minimalista. El diseño, de Juan Vidal, de cuerpo ajustado y falda abullonada, ofrecía una lectura contemporánea del vestido de gala, con líneas limpias y proporciones equilibradas. La elección del negro absoluto como base cromática reforzaba la presencia visual del conjunto, mientras que los finos tirantes añadían delicadeza sin romper la estructura. Daniela completó el look con sandalias plateadas de tiras finas de Giuseppe Zanotti (Valentiine Crystal 90), un clutch negro con textura de microtachuelas de Aquazzura y joyas de Rabat, entre ellas un collar tipo Y con colgante vertical, pendientes largos y pulsera minimalista, todos de estética depurada. El peinado suelto y el maquillaje natural en tonos rosados cerraban una propuesta de glamour generacional, en sintonía con el entorno de alta joyería y diseño que define la cita anual de Rabat.

Gema Pinto lució un vestido negro de Kristina Fidelskaya que combinaba estructura, escote corazón y una silueta entallada con abertura frontal. El diseño, de corte largo y palabra de honor, realzaba la figura con precisión y dejaba al descubierto hombros y clavícula, mientras que la abertura central aportaba movimiento y un toque de sofisticación nocturna. Completó el look con tacones negros de punta fina de Jimmy Choo, un clutch rígido negro y joyas de Rabat, entre ellas un collar corto de diamantes, pulsera a juego y anillo solitario, que añadían luz sin competir con el protagonismo del vestido. Peinado suelto con ondas marcadas y maquillaje natural en tonos cálidos.

Melissa y Garce Villarreal apostaron por una estética contrastada y sofisticada, combinando texturas satinadas, transparencias y siluetas relajadas con acento nocturno. Melissa lució un conjunto en satinado blanco, compuesto por blazer oversize de hombros relajados y vestido lencero con encaje en el bajo, en una propuesta que fusionaba sastrería suave y sensualidad minimalista. Lo combinó con sandalias negras de tiras finas, joyas discretas de Rabat y un peinado suelto con ondas naturales, que reforzaban la armonía visual del conjunto.

Garce optó por un vestido negro transparente de largo midi, con cuerpo interior ajustado y capa exterior vaporosa, que aportaba movimiento y profundidad. Completó el look con collar plateado, sandalias burdeos de Mango y maquillaje en tonos tierra, en una lectura contemporánea del vestido de noche. Ambas ofrecieron una imagen de elegancia generacional y estilo complementario, ideal para una cita dedicada a la alta joyería y el diseño de autor.

Blanca Romero apostó por la elegancia escultórica con un vestido negro de Luis Berrendero, en una propuesta que combinaba estructura, sensualidad y sobriedad absoluta. El diseño, de corte palabra de honor y silueta entallada, presentaba un escote recto que enmarcaba el torso con precisión, mientras que el cuerpo fruncido aportaba textura y profundidad visual. La falda, de caída recta con pequeña cola, reforzaba el carácter solemne del conjunto, en una lectura contemporánea del vestido de gala clásico. Blanca completó el look con joyas de Rabat, entre ellas un collar corto de diamantes, anillo solitario y pulsera discreta, junto a sandalias de tira fina que estilizan la figura. El peinado suelto con ondas marcadas y el maquillaje en tonos tierra cerraban una propuesta de glamour generacional y presencia escénica.

Lucía Rivera Romero se decantó por una estética conceptual y monocromática, con un conjunto blanco de líneas arquitectónicas que combinaba volumen, asimetría y sofisticación contemporánea. La modelo vistió un top largo de manga asimétrica, con paneles fluidos y cintas colgantes que aportaban movimiento escénico y una lectura casi escultórica del diseño. Lo combinó con leggings blancos ajustados, de acabado técnico y costuras visibles, que contrastaban con la fluidez del top y reforzaban la silueta. Completó el estilismo con salones negros de punta fina, un collar corto en forma de cadena y pulsera a juego, en una propuesta que equilibraba lo etéreo con lo urbano.

Lourdes Montes se decantó por la elegancia monocromática, con un vestido blanco de Silvia Tcherassi que combinaba volumen, asimetría y sofisticación atemporal, acompañado de accesorios de Aquazzura. El diseño, de manga larga y escote cerrado, presentaba un nudo central a la altura de la cintura que generaba un efecto drapeado vertical, culminando en una abertura frontal que dejaba ver las piernas con sutileza. La silueta fluida y el tejido con caída reforzaban la estética depurada del conjunto, mientras que el tono blanco absoluto aportaba luminosidad y presencia escénica. Completó el estilismo con salones plateados de punta fina de Aquazzura, un clutch metálico rígido de la misma firma y joyas de Rabat.

Ana Verdasco apostó por una elegancia monocromática, con un vestido blanco de Alicia Rueda Atelier para Valyty Place que combinaba escote profundo, drapeado y silueta arquitectónica, acompañado de accesorios metalizados de Miu Miu. El diseño, de escote en V pronunciado y manga larga, presentaba un nudo central a la altura de la cintura que generaba un efecto envolvente y una abertura frontal que dejaba ver las piernas con sofisticación. La caída fluida del tejido y el corte recto reforzaban la estética depurada del conjunto, mientras que el blazer blanco a juego, llevado sobre los hombros, añadía un toque sastrero y contemporáneo. Completó el estilismo con sandalias plateadas de tiras finas de Miu Miu, un clutch metálico rígido de la misma firma y joyas de Rabat..