
Elegancia y emoción
En una jornada marcada por la elegancia, la emoción y la presencia de destacadas figuras del ámbito aristocrático y empresarial, Jaime Martínez-Bordiú Aznar y Andrea García Charcos contrajeron matrimonio en una ceremonia religiosa. El enlace reunió a familiares, amigos cercanos y representantes de la alta sociedad madrileña, en lo que ya se considera una de las bodas más relevantes de la temporada.

Ceremonia religiosa en Pozuelo de Alarcón
El enlace se celebró en la Capilla de Nuestra Señora de Begoña, en Pozuelo de Alarcón, un templo de estilo neorrománico que destaca por su sobriedad arquitectónica y su entorno ajardinado, ideal para celebraciones religiosas íntimas y familiares. Construida a mediados del siglo XX, la capilla se ha convertido en un lugar habitual para bodas vinculadas a familias tradicionales de la zona noroeste de Madrid, gracias a su atmósfera recogida y su cuidada acústica. Su interior, presidido por una imagen de la Virgen de Begoña, patrona de Vizcaya, combina elementos clásicos con detalles contemporáneos, ofreciendo un espacio sereno y elegante que armoniza con el carácter solemne de las ceremonias que acoge.

El novio, puntual
El novio, hijo menor de José María Martínez-Bordiú y Cubas y de la empresaria Rocío Aznar Sáinz, y sobrino nieto de Carmen Franco, llegó a la iglesia con puntualidad y acompañado por su madre.

Estilismo clásico de Jaime
Jaime Martínez-Bordiú Aznar, apostó por un estilismo clásico con toques contemporáneos, fiel a la elegancia sobria que caracteriza a su entorno familiar. Para el gran día, lució un chaqué azul marino de corte impecable, acompañado por un chaleco y corbata del mismo tono, creando un conjunto monocromático de gran armonía visual.

Discreción y estilo
Completó el look con una camisa blanca de cuello italiano, perfectamente planchada, y un pañuelo blanco en la solapa, a juego con la camisa, que aportaba un punto de luz y refinamiento. El conjunto, de líneas limpias y proporciones equilibradas, reflejaba una cuidada atención al detalle y una apuesta por la tradición con un aire renovado. Su porte sereno y su actitud cercana marcaron el tono de una ceremonia en la que la discreción y el estilo caminaron de la mano.

La novia, con un ramo de flores silvestres
Minutos después, y en uno de los momentos más esperados de la tarde, hizo su entrada la novia, Andrea García, consultora inmobiliaria e influencer con creciente proyección en redes sociales, con un ramo compuesto por flores silvestres en una paleta de tonos otoñales que aportaba un aire orgánico y espontáneo que armonizaba con el carácter cercano y luminoso de la novia.

Del brazo de su padre
La acompañaba su padre, visiblemente emocionado, quien la condujo hasta el altar entre aplausos y miradas cómplices de los invitados.

Un vestido de Claudia Llagostera
El secreto mejor guardado de la jornada fue, sin duda, el vestido de novia, una creación exclusiva de la diseñadora Claudia Llagostera, reconocida por su enfoque artesanal y su reinterpretación contemporánea del romanticismo clásico.

Confeccionado en encaje
El traje estaba confeccionado a partir de un encaje Cornely francés de 1880, tejido completamente a mano, que se aplicaba en mangas, escote, espalda y parte superior del cuerpo.

Falda de lino
La falda, de lino con jaretas manuales, se completaba con volantes de seda salvaje en los puños y el bajo, aportando textura y movimiento.

Un velo muy especial
Como complemento, Andrea lució un velo de encaje de Bruselas del siglo XVII, considerado una de las piezas más delicadas y valiosas por su complejidad técnica y su historia.

Decoración con guirnaldas de flores
La ceremonia, íntima y cargada de simbolismo, estuvo decorada con guirnaldas florales en tonos blancos y verdes, que realzaban la arquitectura de la capilla y creaban un ambiente sereno y natural.

Asistentes destacados
Entre los asistentes se encontraban miembros destacados del clan Martínez-Bordiú, como Bosco Blach Martínez-Bordiú, sobrino del novio, y Almudena Martínez-Bordiú Taboada, así como figuras del ámbito empresarial y cultural.

El padre del novio
José María Martínez-Bordiú, padre del novio, quien destacó por su elección de un traje de corte clásico combinado con una corbata verde vibrante, que aportaba un toque de color y personalidad a su estilismo.

lluvia de pétalos
Tras la misa, los recién casados fueron recibidos con una lluvia de pétalos a la salida del templo, donde posaron sonrientes para los medios gráficos.

Celebración en Torrelodones
La celebración continuó en la finca El Gasco, en Torrelodones, un enclave rodeado de naturaleza y conocido por haber sido escenario de rodajes como La Casa de Papel. Allí, los invitados disfrutaron de un cóctel al aire libre, seguido de una cena y una fiesta que se prolongó hasta bien entrada la madrugada. La decoración, inspirada en el estilo campestre chic, combinaba elementos rústicos con detalles florales y una iluminación cálida que envolvía el ambiente en una atmósfera acogedora y festiva.

Un día inolvidable
Con este enlace, Jaime Martínez-Bordiú Aznar y Andrea García sellan una relación de varios años marcada por la discreción y la complicidad. La boda no sólo simboliza la unión de dos trayectorias personales, sino también la continuidad de una saga familiar con fuerte arraigo en la historia reciente de España. Un día inolvidable que quedará grabado en la memoria de todos los presentes y que ha dejado imágenes para el recuerdo.