
Días de descanso en Ibiza
La pareja formada por Tamara Falcó e Íñigo Onieva está disfrutando de unos días de descanso en Ibiza, donde han aprovechado el suave clima otoñal para desconectar del ritmo frenético de la capital. Lejos de compromisos sociales y profesionales, ambos han optado por una escapada íntima en la isla balear, conocida por su mezcla de naturaleza, exclusividad y atmósfera relajada. Tamara e Íñigo han sido fotografiados en la isla, sonrientes, vestidos con ropa cómoda y veraniega, mientras recorren rincones tranquilos de la costa ibicenca, ajenos al bullicio turístico que suele caracterizar la isla en temporada alta.

Ibiza, el refugio perfecto
La escapada llega tras un año marcado por compromisos profesionales y apariciones públicas, y confirma que el matrimonio sigue apostando por espacios íntimos para reforzar su vínculo. Falcó, colaboradora televisiva y referente en el mundo de la moda, y Onieva, empresario vinculado al sector de la hostelería, han elegido Ibiza como refugio perfecto para recargar energías antes de cerrar el año.

Un look sencillo y marinero
Tamara apostó por un conjunto sencillo pero muy cuidado: un pantalón blanco amplio, ideal para climas cálidos, combinado con una camiseta de manga larga a rayas marineras y cuello barco, que aportaba un aire náutico y desenfadado.

Con gorra para el sol
Como complementos llevaba una gorra en tono beige con el emblemático logotipo de los New York Yankees bordado en el frontal, su medalla de Tous y un Apple Watch.

Un bolso de Dior personalizado
También combinó el look con un bolso Christian Dior modelo ‘Book Tote’, de tamaño mediano, personalizado con las iniciales de su nombre: ‘TF’, detalle que refuerza el carácter exclusivo y distintivo del accesorio.

Estilo casual
Íñigo Onieva, por su parte, optó por un estilo casual y deportivo, con camiseta básica blanca, bermudas verdes y gorra a juego.

Almuerzo organizado por Kike Sarasola
La pareja compartió momentos con Manuel Falcó y Amparo Corsini, en un almuerzo organizado por Kike Sarasola en el restaurante Jondal. Aunque disfrutaron de la gastronomía local y de vistas a Es Vedrà, un altercado con el hotel donde se hospedaban —por una habitación sin vistas al mar— habría empañado parte de la estancia.