
Una noche que invita a soñar en Bilbao
El Athletic Club volvió a llenar de ilusión las gradas de San Mamés con una victoria sólida frente al Rangers (2-0), que les catapulta hacia las semifinales de la Europa League. El ambiente en La Catedral fue eléctrico desde el primer minuto, reflejo de la comunión perfecta entre el equipo de Ernesto Valverde y una afición entregada a un sueño continental. No es solo una clasificación: es una declaración de intenciones.

San Mamés, el alma del equipo
Con 52.114 espectadores en las gradas, se vivió una de las noches más vibrantes en la historia reciente del estadio rojiblanco. La atmósfera fue más propia de una final que de un cruce de cuartos, y el equipo respondió a la altura. Sin Iñaki Williams en el once, fueron su hermano Nico y un inspirado Sancet quienes lideraron a unos Leones que no conocen el miedo cuando el rugido de su gente resuena.

Primera mitad de control total
El Athletic dominó de principio a fin los primeros 45 minutos. Pese a las buenas intenciones del Rangers, el conjunto vasco impuso su ritmo con combinaciones rápidas y presión alta. La defensa escocesa resistió como pudo ante las múltiples llegadas locales, especialmente de Sancet, que estuvo muy cerca de abrir el marcador antes de que lo hiciera desde el punto de penalti.

Sancet, el hombre clave
El centrocampista navarro fue uno de los más activos durante todo el encuentro. Además de generar peligro con dos ocasiones claras, fue el encargado de transformar el penalti justo antes del descanso. Lo hizo con calma y precisión, adelantando al Athletic en un momento psicológico que terminó por desestabilizar a un Rangers que se mantenía en pie con esfuerzo.

Un penalti que cambió el rumbo
El error de Souttar fue tan evitable como definitivo. Derribó dentro del área a un incisivo Maroan Sannadi en el tiempo añadido de la primera parte. La acción no dejó lugar a dudas y fue la recompensa a la insistencia del Athletic por el costado derecho. Ese tanto marcó un antes y un después en el partido, tanto en lo anímico como en lo táctico.

El Rangers reaccionó, pero sin premio
Tras el descanso, los escoceses intentaron cambiar el guion. Con más presencia ofensiva y un Cerny incansable, buscaron el empate. Tuvieron ocasiones claras, como un disparo al poste de Raskin y un potente tiro de Cerny que exigió una intervención firme de Agirrezabala. El Athletic tuvo que replegarse, pero resistió con orden y sangre fría.

Valverde movió fichas con acierto
La entrada de Prados y Guruzeta dio al equipo un nuevo aire cuando más lo necesitaba. Sin perder el equilibrio, el técnico buscó contener la ofensiva visitante y refrescar la presión en campo rival. El plan funcionó. El Athletic recuperó el control del balón y comenzó a encontrar espacios para cerrar el partido con una segunda diana.

Nico Williams firmó el pase a semifinales
En una de sus pocas apariciones con libertad, Nico aprovechó un magnífico centro de Óscar de Marcos para sentenciar el encuentro con un cabezazo certero. El tanto desató la locura en las gradas y confirmó lo que ya se venía gestando: el Athletic estaba entre los cuatro mejores equipos de la competición europea.

La Catedral vuelve a mirar a Europa
El Athletic jugará su tercera semifinal de Europa League, algo que no ocurría desde 2012. En aquella ocasión se alcanzó la final. Ahora, con un equipo joven, equilibrado y ambicioso, las opciones de llegar aún más lejos están más vivas que nunca. Ya esperan al ganador del cruce entre el Manchester United y el Olympique de Lyon. Con cada paso que da, este Athletic se aleja del recuerdo de lo que pudo ser y se acerca a lo que puede conseguir. Valverde y sus hombres saben que lo más difícil está por venir, pero también que cuentan con un arma letal: el impulso incondicional de una afición que, como este equipo, no se rinde nunca. Europa vuelve a escuchar el rugido de los Leones.