
Lavar el cabello según el tipo de cuero cabelludo
El cuero cabelludo produce grasa de manera natural, pero la cantidad y regulación varían según el tipo de cabello. En cabellos secos, el lavado excesivo puede eliminar aceites esenciales, mientras que, si no se lava lo suficiente en cabellos grasos, pueden obstruirse los folículos, lo que ocasiona problemas como dermatitis seborreica. Es esencial usar un champú adecuado para cada tipo de cabello.

Hidratar el cabello con regularidad y evitar productos agresivos y el calor
El uso frecuente de productos con sulfatos fuertes, tintes con amoníaco y decoloraciones puede alterar el equilibrio del pH del cabello y dañar su estructura, haciendo que se vuelva más quebradizo y seco. Usar mascarillas y acondicionadores con ceramidas, lípidos y proteínas ayuda a mantener la hidratación y mejorar la elasticidad del cabello. También, el uso constante de secadores y planchas puede dañar la queratina del cabello, por lo que es recomendable aplicar protectores térmicos antes de usarlos.

Cepillar con suavidad y masajear el cuero cabelludo
Cepillar de manera brusca puede romper la fibra capilar y dañar la capa externa del cabello. Es mejor usar peines de dientes anchos o cepillos con cerdas suaves para evitar fricción. Además, masajear el cuero cabelludo favorece la circulación sanguínea, lo que ayuda a mejorar la oxigenación y el suministro de nutrientes para el crecimiento capilar.

Cortar las puntas de forma regular
Las puntas abiertas son señal de que la queratina del cabello se está degradando. Si no se recortan, la fisura avanza hacia la raíz, debilitando el cabello. Se recomienda cortar las puntas cada dos o tres meses para mantener la salud del cabello.

Proteger del sol y la contaminación
Usar un protector solar para el cabello es esencial, ya que la radiación UV puede dañar las proteínas capilares y descomponer la melanina, lo que provoca decoloración y pérdida de resistencia. La contaminación también puede depositar partículas en el cuero cabelludo, lo que aumenta la caída del cabello.

Cuidar la alimentación
Una dieta rica en nutrientes como biotina, zinc, hierro y ácidos grasos omega-3 es crucial para fortalecer el cabello y promover su crecimiento saludable. Alimentos como los frutos secos son ricos en aminoácidos esenciales y grasas saludables, que favorecen la salud capilar.

Evitar dormir con el cabello mojado
La humedad puede favorecer el crecimiento de hongos y bacterias en el cuero cabelludo, lo que puede resultar en caspa, picazón o infecciones fúngicas. Durante los días en los que no se utilice secador, como en verano, se puede optar por secar el cabello con una toalla turbante para eliminar el exceso de agua antes de dormir.

Reducir el uso de peinados ajustados
Peinados que tiran del cabello, como el “clean look”, pueden causar tensión constante en la raíz y terminar provocando la caída del cabello. Es mejor usar gomas suaves o pinzas para recoger el cabello sin dañarlo.

Mantener un estilo de vida relajado
El estrés crónico aumenta los niveles de cortisol, lo que puede alterar el ciclo de crecimiento del cabello y causar su caída prematura. Mantener una vida tranquila y manejar el estrés de manera efectiva puede ayudar a prevenir estos efectos.

Consultar a un experto
Un estudio sobre salud capilar indica que una gran parte de la población tiene problemas capilares como caída del cabello, falta de volumen, dermatitis seborreica, cabello seco y débil, entre otros. Estos problemas pueden ser indicativos de afecciones médicas que requieren diagnóstico y tratamiento especializado.