
Un inicio arrollador sin recompensa
El Real Madrid arrancó el partido como un vendaval en el Benito Villamarín. Desde el primer minuto, los de Ancelotti encerraron al Betis en su campo, moviendo el balón con velocidad y encontrando espacios con facilidad. La zaga verdiblanca sufría con las internadas de Brahim y Vinícius, mientras Tchouaméni imponía su ley en la medular.

Un pase de genio para un gol de manual
El gol visitante llegó tras una genialidad. Kylian Mbappé, siempre eléctrico, encontró el hueco preciso para lanzar a Ferland Mendy. El lateral francés, en lugar de buscar el disparo, optó por una dejada perfecta a Brahim Díaz, quien con frialdad envió el balón a la red. Un tanto que parecía encaminar una noche tranquila para los blancos.

La reacción de un Betis herido
Lejos de hundirse, el Betis empezó a ganar confianza. Aunque las llegadas seguían siendo escasas, los de Pellegrini encontraron en Johnny Cardoso un salvavidas. Su gol, tras un córner mal defendido, cambió por completo la dinámica del encuentro. El Madrid, que pudo haber ampliado su ventaja con un intento de Vinícius, comenzó a perder intensidad.

Courtois evita el desastre antes del descanso
Con el partido equilibrado, el Betis olió sangre. En otro saque de esquina, Cardoso volvió a elevarse por encima de todos, obligando a Courtois a una estirada prodigiosa. El belga mantuvo vivo al Madrid con una intervención salvadora, pero los síntomas de debilidad en el equipo visitante eran evidentes.

La lluvia y la imprecisión nublan al Madrid
El regreso de vestuarios trajo consigo una tormenta inesperada, y no solo en el cielo. La lluvia intensa afectó la precisión del Madrid, que comenzó a perder balones peligrosos en la salida. En ese contexto, Isco tomó el control, conduciendo con maestría cada transición ofensiva de los locales.

Un penalti que desató la locura
La jugada decisiva llegó en un contragolpe magistral del Betis. Isco filtró un pase quirúrgico y, cuando Jesús Rodríguez se disponía a rematar, Rüdiger lo derribó dentro del área. Sin dudarlo, el árbitro señaló penalti. El propio Isco tomó la responsabilidad y, con sangre fría, engañó a Courtois para firmar el 2-1.

Isco, el líder que el Madrid dejó escapar
El mediapunta malagueño vivió una noche soñada ante su exequipo. Su actuación fue una exhibición de talento, pausa y liderazgo. Tras su gol, no ocultó la emoción y celebró con intensidad, aunque tuvo el detalle de saludar con respeto a la afición madridista. Su partido dejó claro que sigue siendo un jugador diferencial.

Polémicas sin recompensa para el Madrid
El Madrid reclamó un penalti por una caída de Rodrygo en el área, mientras que el Betis también pidió otro por un derribo sobre Ricardo Rodríguez. Ninguna de las acciones fue considerada punible, dejando al equipo blanco con una sensación de impotencia.

Un asedio sin pólvora
Con el tiempo agotándose, el Madrid se lanzó con todo al ataque. Sin embargo, la falta de un rematador claro en el área y la solidez defensiva del Betis frustraron cualquierintento de remontada. Isco, omnipresente, manejó los tiempos con maestría para desesperación de los visitantes. Con este resultado, el Real Madrid suma su cuarto tropiezo en los últimos cinco partidos, dejando escapar puntos valiosos en la lucha por el título. Mientras tanto, el Betis refuerza su candidatura a Europa con una victoria de prestigio, liderada por un Isco que recordó a todos su mejor versión.