
Un recibimiento ecuestre para una leyenda
Cuando Sergio Ramos puso un pie en el césped del estadio de Rayados de Monterrey, lo que menos esperaba era una cabalgata. Seis caballos irrumpieron en el campo, rodeando el verde con una elegancia inesperada. «Me podría imaginar muchas cosas, pero este desfile de caballos españoles no me lo esperaba», confesó el defensor, entre risas. La bienvenida fue un reflejo del estatus que representa Ramos: un jugador de clase mundial que llega para marcar diferencia en el fútbol mexicano.

Una apuesta de Rayados por la grandeza
No es común que una liga fuera de Europa logre fichar a un jugador con el palmarés de Ramos. Campeón del mundo con España en 2010, cuatro veces ganador de la Champions League con el Real Madrid y referente en cada equipo donde ha jugado, el zaguero ahora se une a un Monterrey que busca afianzarse en la élite del continente. Su fichaje no solo fortalece la defensa, sino que también envía un mensaje claro: la Liga MX quiere atraer talento de primer nivel.

Sed de revancha tras una final perdida
Rayados rozó la gloria en el torneo pasado, pero cayó ante América en la final. Para los regiomontanos, reforzar su plantilla con jugadores de jerarquía era una prioridad, y Ramos encaja perfectamente en esa necesidad. «Me gusta que me juzguen por lo que hago en el campo», declaró el español, dejando claro que no llega solo a disfrutar de su última etapa como futbolista, sino a competir al más alto nivel.

Mensajes de reconocimiento y liderazgo
La presentación del exmadridista no solo contó con la pompa habitual, sino con palabras de figuras destacadas del fútbol. Julen Lopetegui, Rafael Márquez y Jorge Valdano enviaron videos resaltando la mentalidad ganadora de Ramos. «Es un jugador que contagia deseos de triunfo», comentó Valdano, un elogio que refleja el impacto que el central ha tenido a lo largo de su carrera.

Un regreso al fútbol tras meses de espera
Desde mayo del año pasado, Ramos no había disputado un partido oficial. Sin embargo, nunca pensó en retirarse. «Me he preparado todos los días esperando el momento adecuado», aseguró. Después de pasar exámenes físicos en la Clínica Olympia de Madrid, recibió luz verde para sumarse a la dinámica del equipo y, en cuestión de semanas, estar listo para debutar.

Un vestuario con rostros familiares
En Monterrey, Ramos no estará solo. Se reencontrará con Sergio Canales y Óliver Torres, ambos excompañeros en el Real Madrid y el Sevilla. También tendrá a su lado al argentino Lucas Ocampos, otro viejo conocido. «Me han recibido de una manera espectacular», destacó el español, quien se mostró entusiasmado por el desafío.

Un destino elegido entre varias opciones
Ramos pudo haber optado por continuar su carrera en Europa, probar suerte en la MLS o aceptar una oferta de Arabia Saudita. Sin embargo, Rayados le ofreció lo que buscaba: «Un equilibrio entre ambición y estabilidad, con la posibilidad de jugar torneos nacionales e internacionales». La perspectiva de disputar el Mundial de Clubes fue otro factor clave en su decisión.

Un dorsal con historia
El número que Ramos portará en Monterrey no es casualidad. Eligió el 93 en homenaje al icónico minuto en que marcó el gol del empate en la final de la Champions League de 2014 ante el Atlético de Madrid. «Es el momento más épico de mi carrera y quiero compartir esa grandeza con Rayados», explicó, reafirmando su deseo de dejar huella en el club regiomontano.