Un trágico tiroteo en el instituto Apalachee, ubicado en Winder, Georgia, dejó ayer un saldo de cuatro víctimas mortales y varios heridos. El incidente, que sembró el pánico entre estudiantes y familias, fue atribuido a un estudiante de 14 años.
El sheriff del condado, Judd Smith, informó en una breve comparecencia ante los medios que «llevará varios días hasta que tengamos respuestas sobre lo que pasó y por qué pasó». Las autoridades locales, junto con efectivos del FBI y otras agencias federales, están trabajando en la investigación para esclarecer los motivos detrás de este ataque «maligno».
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha sido informado de la situación y su secretario de Justicia, Merrick Garland, expresó su desolación por las familias afectadas por esta «terrible tragedia». Garland también prometió que el gobierno federal prestará el apoyo necesario a las autoridades locales.
El tiroteo ocurrió durante las horas escolares, lo que provocó una rápida evacuación del centro educativo. Los estudiantes fueron reunidos con sus familias en el campo de fútbol americano del instituto, mientras que los heridos fueron trasladados a un hospital local. En las imágenes transmitidas por los medios locales, se pudo ver el despliegue de seguridad y emergencia, incluyendo un helicóptero médico que evacuó a varias personas.
Este incidente ha vuelto a poner en el centro del debate la problemática de la violencia armada en las escuelas de Estados Unidos. Las imágenes de la confusión y el miedo entre los estudiantes y sus familias han conmocionado a la comunidad y al país entero.
La comunidad de Winder está ahora en un estado de duelo y reflexión, buscando respuestas y apoyo en estos momentos difíciles. Las autoridades han pedido a la población que permanezca unida y que ofrezca su apoyo a las familias afectadas por esta tragedia.
