La salud de Irene de Grecia, hermana de la reina emérita Sofía, ha generado preocupación tras su última aparición pública en los Premios BMW de Pintura, un evento cultural celebrado en el Teatro Real de Madrid. Durante este acto, se percibió un notable deterioro físico en la princesa de 82 años, quien mostró signos de fragilidad y dependencia para movilizarse, algo que también se evidenció en otros eventos recientes, como su presencia en silla de ruedas en actos en Grecia y Mallorca.
Aunque no existe confirmación oficial, fuentes cercanas han señalado que Irene podría estar enfrentando una enfermedad degenerativa que afecta su memoria, conocida como «mal del olvido». Este deterioro cognitivo se suma a los problemas de movilidad que han sido cada vez más evidentes desde mediados de este año. Sin embargo, pese a estas dificultades, Irene ha mantenido su activa participación en la vida cultural y familiar, siempre acompañada por su hermana Sofía, con quien reside en el Palacio de la Zarzuela desde hace décadas.
La relación entre las hermanas es muy estrecha, siendo la reina Sofía un pilar fundamental para Irene en su vida diaria y en los cuidados relacionados con su salud. Esta unión quedó especialmente patente durante la inauguración de la exposición «Picasso en Creta», en la que Sofía estuvo atenta a cada detalle para garantizar la comodidad de su hermana. Además, en eventos recientes, como la boda de Teodora de Grecia y un encuentro en Mallorca con los reyes Felipe VI y Letizia, Irene ha contado con el apoyo constante de su familia.
Irene de Grecia, conocida por su discreción y pasión por la cultura, también ha atravesado otros desafíos de salud en el pasado, como un cáncer de mama en 2002, del que se recuperó tras someterse a quimioterapia. A lo largo de su vida, ha demostrado un fuerte compromiso con causas humanitarias, dirigiendo durante casi cuatro décadas la organización solidaria «Mundo en Armonía», que cesó sus actividades a finales de 2023 debido a sus crecientes limitaciones físicas y cognitivas.
Aunque su estado actual genera inquietud, Irene continúa participando en actos públicos selectos, como conciertos y exposiciones, reflejando su interés por las artes y su fortaleza frente a las adversidades. Sin embargo, su deterioro físico y las noticias sobre su posible enfermedad han reforzado el papel de su hermana Sofía como su principal apoyo, evidenciando la cercanía y complicidad entre ambas.