La Catedral de Zamora celebra su 850 aniversario, destacándose como una de las joyas arquitectónicas más importantes de España. Esta catedral, conocida por su sobriedad y sencillez, fue construida en un tiempo récord para la época, entre 1151 y 1174, bajo el reinado de Alfonso VII. La consagración oficial tuvo lugar en 1175, marcando el inicio de su larga historia como un símbolo de la fe y la cultura en la región.
La construcción de la catedral se realizó en tan solo 23 años, un logro impresionante considerando las limitaciones tecnológicas y logísticas del siglo XII. Este rápido avance se debió en gran parte a la dedicación y habilidad de los artesanos y constructores de la época. La catedral fue diseñada en estilo románico, caracterizado por su robustez y líneas simples, aunque también incorpora elementos bizantinos que le otorgan un carácter único.
El diseño original de la catedral incluía tres naves y tres ábsides, siguiendo las reformas del Císter que promovían la sencillez y la piedad. Sin embargo, a lo largo de los siglos, la catedral ha experimentado numerosas reformas y adiciones. En el siglo XIII, se añadió una torre defensiva en el ángulo noroccidental, que aún hoy ofrece una vista panorámica de la ciudad desde sus 37 metros de altura.
Uno de los elementos más distintivos de la Catedral de Zamora es su cúpula escamada, que en realidad es un cimborrio. Construido en el último cuarto del siglo XII, este cimborrio de inspiración oriental es una obra sin paralelo en la arquitectura medieval. Se alza sobre un tambor cilíndrico con 16 ventanas que iluminan el interior de la catedral, creando un efecto visual impresionante. Este diseño fue tan innovador que sirvió de modelo para estructuras similares en Salamanca, Toro y Plasencia.
El claustro de la catedral también tiene una historia interesante. El claustro original fue destruido por un incendio en 1591 y el actual, de estilo neoclásico, fue diseñado por Juan del Ribero Rada en 1592 y completado por Hernando de Nates en 1612. Este espacio ha sido testigo de la evolución arquitectónica y artística de la catedral a lo largo de los siglos.
La Catedral de Zamora no solo es un monumento arquitectónico, sino también un símbolo de la historia y la cultura de la región. A lo largo de sus 850 años, ha sido testigo de innumerables eventos históricos y ha servido como un lugar de culto y reflexión para generaciones de zamoranos. Su sobriedad y sencillez, combinadas con elementos arquitectónicos únicos, la convierten en una de las catedrales más infravaloradas de España, según National Geographic.
La celebración de este 850 aniversario es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de preservar nuestro patrimonio histórico y cultural. La catedral ha sido objeto de varios estudios y restauraciones a lo largo de los años, lo que ha permitido mantener su integridad y belleza original. Estos esfuerzos de conservación son esenciales para asegurar que futuras generaciones puedan apreciar y aprender de este magnífico ejemplo de la arquitectura medieval.