Barcelona ha rendido hoy homenaje a las víctimas de los atentados yihadistas del 17 de agosto de 2017, en un acto conmemorativo que ha tenido lugar en La Rambla. Este evento marca el séptimo aniversario de los trágicos ataques que dejaron 16 muertos y más de 150 heridos en Barcelona y Cambrils.
El homenaje, organizado por el Ayuntamiento de Barcelona, se ha caracterizado por su sobriedad y silencio, dando todo el protagonismo a las víctimas y sus familiares. La ceremonia comenzó a las 10 de la mañana en la plaza de l’Ós de La Rambla, junto al mosaico de Joan Miró, donde se detuvo la furgoneta utilizada en el ataque.
Durante el acto, se ha guardado un minuto de silencio mientras el violonchelista Marçal Ayats interpretaba el “Cant dels Ocells”. Los familiares de las víctimas han sido los primeros en depositar claveles blancos en las jardineras situadas frente al memorial. Entre ellos, destacaba la madre de Julian Cadman, un niño australiano de siete años que perdió la vida en el atentado, quien visiblemente emocionada, dejó un muñeco de Spider-Man junto a la foto de su hijo.
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y otras autoridades como el presidente del Parlament, Josep Rull, y la consellera de Interior, Núria Parlon, también participaron en la ofrenda floral. A diferencia de años anteriores, el acto transcurrió sin incidentes ni abucheos, aunque un pequeño grupo de manifestantes mostró pancartas en silencio exigiendo responsabilidades y una mayor investigación sobre los atentados.
Este homenaje no solo sirve para recordar a las víctimas, sino también para reafirmar el compromiso de la ciudad con la memoria y la justicia. Las palabras del escritor libanés Amin Maalouf, leídas durante el acto, subrayaron la importancia del diálogo y la lucha contra la ignorancia como herramientas para prevenir futuros actos de terrorismo.