El equilibrista estonio Jaan Roose logró ayer una hazaña histórica al cruzar el Estrecho del Bósforo caminando sobre un cable, uniendo así los continentes de Asia y Europa. Este evento, que tuvo lugar en Estambul, Turquía, fue organizado con la colaboración del Ministerio de Transportes e Infraestructuras de Turquía y la Dirección General de Autopistas.
Jaan Roose, conocido por ser tres veces campeón mundial de slackline, se convirtió en la primera persona en cruzar entre dos continentes sobre un cable. La travesía se realizó a una altura de 165 metros sobre el nivel del mar, utilizando un cable de 1074 metros de longitud tendido para la ocasión sobre el Puente de los Mártires del 15 de Julio, el primer puente sobre el Bósforo.
La preparación para este evento fue meticulosa. Roose y su equipo tuvieron que considerar múltiples factores, como las condiciones climáticas cambiantes y las fuertes corrientes marinas del Bósforo. A pesar de estos desafíos, Roose completó la travesía en un tiempo total de 47 minutos. Durante el recorrido, el equilibrista también portó la bandera turca, rindiendo homenaje al país anfitrión.
Roose expresó su felicidad y orgullo tras completar la hazaña. “El Estrecho del Bósforo tiene miles de años de importancia cultural y una increíble belleza natural. Cuando combinas esto con un tiempo cambiante y con las fuertes corrientes marinas, es un lugar único para caminar sobre cable. He hecho historia, así que estoy muy feliz”, comentó. Además, mencionó que caminar durante un kilómetro a una altura de 165 metros sobre la ciudad de Estambul fue una experiencia llena de distracciones y desafíos, pero que estaba encantado de haber logrado su objetivo.
El evento no solo fue un logro personal para Roose, sino que también atrajo la atención de medios de comunicación y espectadores de todo el mundo. La imagen de Roose caminando sobre el cable con el impresionante paisaje del Bósforo de fondo se convirtió rápidamente en un símbolo de valentía y determinación.
Este logro de Jaan Roose no es solo una demostración de sus habilidades como equilibrista, sino también un recordatorio del espíritu humano de superación y aventura. La travesía de Roose sobre el Estrecho del Bósforo es un ejemplo inspirador de cómo los límites pueden ser desafiados y superados con dedicación y esfuerzo.
Roose también expresó su deseo de llevar a cabo más proyectos en Turquía en el futuro, destacando la belleza y singularidad de los paisajes del país. “Turquía tiene muchos lugares bonitos. Llevaré a cabo más proyectos en este país en el futuro”, aseguró.