Nos sigue sorprendiendo a todos
Tom Cruise, el icónico actor de Hollywood, sigue sorprendiendo al mundo no solo con su carrera cinematográfica, sino también con sus impresionantes hazañas fuera de la pantalla. Recientemente, tras la clausura de los Juegos Olímpicos de París, se convirtió en el centro de atención al protagonizar un acto lleno de acrobacias mientras recibía la bandera olímpica de la alcaldesa de Los Ángeles y la gimnasta Simone Biles. Pero el espectáculo no terminó allí, pues Cruise llevó la bandera hasta la famosa colina de Hollywood, donde la colgó bajo las icónicas letras que coronan la ciudad.
Sigue espléndido a sus 62 años
A sus 62 años, el actor continúa desafiando tanto las expectativas de la industria como las leyes del tiempo. Conocido por realizar sus propias escenas de riesgo en sus películas, Cruise ha consolidado una reputación de intrépido y resistente. Mientras otros actores de su generación optan por utilizar dobles de acción, él insiste en mantenerse en plena forma y realizar cada toma él mismo, incluso aquellas que implican peligros reales.
Biohacking y crioterapia
El secreto de su vitalidad parece estar en una práctica poco convencional: el biohacking, y en particular, la crioterapia. Según fuentes cercanas al actor, Cruise se somete diariamente a sesiones en una cámara de crioterapia que ha instalado en su casa. Durante estas sesiones, se expone a temperaturas de hasta 220 grados bajo cero, lo cual, según él, estimula su metabolismo y frena el proceso de envejecimiento.
Los suyos, preocupados
No obstante, esta peculiar rutina ha levantado algunas preocupaciones entre sus amigos y colegas. Temen que la obsesión de Cruise con la crioterapia y otras técnicas de biohacking puedan tener consecuencias adversas a largo plazo. Pese a ello, el actor se mantiene firme en su convicción de que el frío extremo es la clave para prolongar su juventud y vitalidad, argumentando que aquellos que no adoptan estas prácticas están viviendo «en la oscuridad».
Otros tratamientos poco convencionales
Además de la crioterapia, Cruise ha integrado otros tratamientos poco convencionales a su rutina diaria, como faciales de nitrógeno líquido, los cuales asegura que mejoran la firmeza de su piel y aumentan la producción de colágeno.
Más tiempo de lo recomendado
A pesar de que los expertos recomiendan no superar los cinco minutos en una cámara de crioterapia, el actor presume haber roto ese límite en múltiples ocasiones, desafiando nuevamente los límites establecidos por la ciencia.
Más allá de una moda pasajera
Para Tom Cruise, estas prácticas son más que una moda pasajera; las considera esenciales para llevar una vida larga y saludable. Confiado en que el biohacking es el futuro, afirma que su objetivo es llegar a los cien años en una condición física y mental envidiable, manteniéndose tan activo y vibrante como lo está hoy.